Impacto Trump: Volvo recorta $1.9 mil millones en costos
Volvo recorta $1.9 mil millones tras el golpe arancelario de Trump y lanza un plan para resistir la crisis y acelerar su camino hacia la electrificación.

EX30 Inicio de producción en Volvo Car en Gent. Crédito: Volvo | Cortesía
El panorama automotriz global enfrenta turbulencias, y Volvo Cars, una de las marcas más icónicas de la industria, no es ajena a esta tormenta. La empresa sueca, propiedad mayoritaria del gigante chino Geely, anunció un ambicioso plan de reducción de costos por $1.9 mil millones tras una caída significativa en sus ganancias del primer trimestre de 2025.
Este movimiento responde directamente a los aranceles impuestos por la administración Trump, que han sacudido el comercio internacional y puesto en jaque a los fabricantes europeos. A continuación, exploramos cómo Volvo enfrenta este desafío y qué significa para el futuro de la marca.
Aranceles de Trump: un golpe a Volvo
Los aranceles del 25% sobre vehículos y autopartes importadas, impulsados por el presidente estadounidense Donald Trump, han impactado fuertemente a Volvo. La marca, que importa la mayoría de los autos que vende en Estados Unidos desde Europa y China, reportó una caída del 60% en su beneficio operativo del primer trimestre, alcanzando apenas 1.9 mil millones de coronas suecas ($190 millones).

Este descenso, combinado con una demanda debilitada en el mercado de vehículos eléctricos y la presión de precios por la competencia china, obligó a la compañía a tomar medidas drásticas.
El CEO Håkan Samuelsson, quien regresó al timón tras la salida de Jim Rowan, señaló que la era de enviar autos libremente a través de las fronteras “parece haber terminado”. En un mercado donde la incertidumbre reina, Volvo ha decidido retirar sus previsiones financieras para 2025 y 2026, un movimiento que refleja la magnitud del desafío.
El plan de $1.9 mil millones: recortes y reestructuración
Para contrarrestar estas adversidades, Volvo lanzó un plan de acción de costos y flujo de caja valorado en 18 mil millones de coronas suecas ($1.9 mil millones). Este incluye reducciones en inversiones y, lamentablemente, despidos, especialmente en puestos administrativos.

Aunque la empresa no detalló cuántos empleos se verán afectados, Samuelsson confirmó que los recortes se centrarán en empleos de oficina, buscando una organización más eficiente.
Además, Volvo planea reestructurar sus operaciones en EE.UU., un mercado clave que representa el 17.5% de sus ventas. La estrategia incluye aumentar la producción en su planta de Charleston, Carolina del Sur, donde ya se fabrica el SUV eléctrico EX90.

La compañía planea introducir un nuevo modelo, probablemente un SUV híbrido enchufable de tamaño mediano, diseñado para satisfacer las preferencias del consumidor estadounidense.
Adaptación regional: el futuro de Volvo
El impacto de los aranceles ha llevado a Volvo a replantear su enfoque global. Samuelsson aboga por regiones más autónomas en China y EE.UU., con modelos exclusivos adaptados a los gustos locales. Esta estrategia busca minimizar la dependencia de las importaciones y reducir la exposición a futuras restricciones comerciales. En palabras del CEO, “los consumidores tienen gustos diferentes en cada región, y debemos aceptarlo”.

A pesar de los retos, Volvo mantiene su compromiso con la electrificación. En el primer trimestre, el 19% de sus ventas provinieron de vehículos totalmente eléctricos, aunque la proporción de modelos electrificados (incluyendo híbridos enchufables) creció al 43%. Este enfoque refuerza la posición de la marca como líder en sostenibilidad, incluso en un contexto económico adverso.
Un camino incierto, pero con visión clara
El anuncio de Volvo desató una reacción inmediata en los mercados, con una caída del 10% en sus acciones. Sin embargo, la compañía está decidida a navegar estas aguas turbulentas con un enfoque en eficiencia operativa, innovación regional y una producción más localizada. La reestructuración no solo busca proteger la rentabilidad, sino también posicionar a Volvo como un competidor resiliente en un mercado automotriz en constante cambio.

En un mundo donde los aranceles, la competencia y la incertidumbre macroeconómica dominan, Volvo demuestra que adaptarse es la clave para sobrevivir. ¿Podrá la marca sueca convertir estos desafíos en una oportunidad para reinventarse? Solo el tiempo lo dirá, pero su legado de innovación y calidad sugiere que está lista para el reto.
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