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Baterías de autos eléctricos podrían rendir el doble ante nuevo descubrimiento

Entre las innovaciones presentadas, destaca una que logra disminuir de manera notable tanto los costos de producción como el consumo de energía.

Paneles de batería de un auto eléctrico

Baterías del motor eléctrico del coche. Crédito: Shutterstock

En la transición hacia la movilidad eléctrica, no solo importa la autonomía de los vehículos o la velocidad de carga: el verdadero reto está en cómo se fabrican las baterías que los alimentan. Hoy, casi la mitad de la energía que consume una planta de baterías se destina únicamente al proceso de secado de electrodos, una etapa costosa, intensiva en recursos y con fuerte impacto ambiental.

Ante este panorama, profesionales del Argonne National Laboratory en Estados Unidos, en colaboración con el Oak Ridge National Laboratory y la Case Western Reserve University, publicaron un trabajo que revisa las tecnologías más prometedoras para la fabricación de electrodos.

El cuello de botella: cómo se fabrican hoy los electrodos

Las baterías de iones de litio se producen en gran parte con un método llamado procesamiento húmedo. En este proceso, los materiales activos (como óxidos metálicos o grafito), junto con aditivos conductores y aglutinantes, se dispersan en un solvente, normalmente el N-metilpirrolidona (NMP), altamente tóxico y caro. Luego esa mezcla se recubre en láminas metálicas y debe pasar por hornos de secado que consumen enormes cantidades de energía.

Slutty líquida de auto eléctrico
Slurry líquida sobre lámina metálica: paso clave y costoso del procesamiento húmedo de baterías. Fuente: Nature Reviews Clean Technology
Crédito: Cortesía

“Eliminar el uso de NMP puede recortar significativamente los costos de energía y materiales, así como la huella de la maquinaria de producción”, destacó el equipo investigador.

Aunque existe una variante “húmeda avanzada” que reemplaza el NMP por agua, el secado sigue siendo necesario. En cifras, esta alternativa reduce el consumo energético apenas un 25 %, frente al casi 50 % que ofrece el método en seco.

El salto tecnológico: procesamiento en seco

El procesamiento en seco elimina directamente los solventes. La investigación destacó que, en lugar de suspender los polvos en líquidos, los materiales se mezclan y compactan a través de técnicas mecánicas o por pulverización controlada. Con esto se suprime por completo la etapa de secado y, en consecuencia, la infraestructura costosa asociada (hornos, sistemas de ventilación, salas de recuperación de solventes).

Los beneficios no se limitan al ahorro energético:

  • Menores costos de planta (CapEx): líneas de producción más compactas y baratas.
  • Reducción de costos operativos (OpEx): sin solventes que recuperar o eliminar, y con menor demanda de energía térmica.
  • Impacto ambiental positivo: menos emisiones y una huella de carbono más baja por cada kWh producido.
  • Electrodos más gruesos: lo que se traduce en baterías con mayor densidad energética o menor proporción de materiales inactivos, reduciendo el costo final por kWh.

Los estudios iniciales señalan que este método podría recortar los costos de producción en torno a un 11 % y disminuir el gasto energético hasta un 46 %. Sin embargo, todavía queda por evaluar con mayor detalle la fiabilidad y durabilidad de los aglutinantes utilizados en el proceso.

Un impacto directo en la industria automotriz

Para los fabricantes de autos, esta innovación no solo reduce costos de producción de baterías, sino que también acelera la expansión de la electromovilidad. Si se logra producir más barato y con menor huella ambiental, se rompe una de las mayores barreras para la adopción masiva: el precio de los vehículos eléctricos.

Muestra de un electrodo producido mediante procesamiento en seco. Fuente: Nature Reviews Clean Technology
Crédito: Cortesía

Además, al simplificar las fábricas de baterías, los plazos de construcción de nuevas gigafactorías podrían acortarse, permitiendo responder con más rapidez a la creciente demanda global.

¿Revolución inminente o camino largo?

El procesamiento en seco aún enfrenta desafíos: escalarlo a nivel industrial, garantizar la uniformidad en los electrodos y mantener la calidad a ritmos de producción masivos. Sin embargo, los avances en curso y las líneas piloto en marcha muestran que no se trata de ciencia ficción, sino de una transición ya en movimiento.

En palabras de los investigadores de Argonne, se trata de un “cambio de paradigma” que puede redefinir cómo concebimos la fabricación de baterías en la próxima década. Y aunque el titular más llamativo diga que se reducirá “a la mitad el consumo energético de las baterías de autos eléctricos”, la realidad es incluso más prometedora: no es el coche el que consume menos, es la industria la que podría aprender a fabricar de manera más inteligente.

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