Por qué el hatchback tiene limpiaparabrisas trasero y el sedán, no

Desde la aerodinámica hasta el espacio de carga, hay varias razones detrás de esta curiosa diferencia.

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limoiaparabrisas trasero luneta auto shutterstock_2379841059 Crédito: Shutterstock

Cuando te detienes a observar un hatchback y un sedán, es fácil notar que, a pesar de sus diferencias en diseño, ambos comparten muchas características. Sin embargo, algo que llama la atención es que los hatchbacks suelen tener un limpiaparabrisas trasero, mientras que los sedanes no. Esta diferencia puede parecer trivial, pero en realidad tiene fundamentos técnicos y prácticos que la justifican. A continuación, te explico las principales razones detrás de esta peculiaridad.

La aerodinámica juega un papel clave

Uno de los factores más importantes que explica la ausencia de limpiaparabrisas trasero en los sedanes tiene que ver con la aerodinámica. Los sedanes tienen un maletero que sobresale de la carrocería, lo que permite que el flujo de aire se desplace suavemente desde el techo hasta la parte trasera. Este diseño crea una corriente que “empuja” la suciedad y el agua lejos del vidrio trasero, manteniéndolo limpio la mayor parte del tiempo.

En contraste, los hatchbacks tienen un vidrio trasero más vertical y sin un maletero que prolongue el flujo aerodinámico. Como resultado, se genera una turbulencia que tiende a acumular polvo, lluvia y residuos en esa superficie. Por eso, el limpiaparabrisas trasero en un hatchback es casi una necesidad para garantizar la visibilidad, especialmente en condiciones climáticas adversas.

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La forma del maletero en un sedán complica la instalación de un limpiaparabrisas trasero.
Crédito: Audi | Cortesía

El diseño y la estética también importan

Más allá de la aerodinámica, hay una cuestión estética en juego. Muchos diseñadores de automóviles consideran que añadir un limpiaparabrisas trasero a un sedán rompe con la elegancia y la fluidez del diseño. Para un vehículo que normalmente se asocia con un aspecto sofisticado, la inclusión de un limpiaparabrisas trasero podría resultar en un elemento visual disruptivo.

Además, los sedanes suelen tener una apertura de maletero que dificulta la instalación de este sistema. Incorporar un limpiaparabrisas trasero requeriría modificar tanto el diseño del vidrio como la disposición del mecanismo de apertura del maletero, lo que complica innecesariamente la ingeniería del vehículo.

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El hatchback necesita un limpiaparabrisas trasero para mantener la visibilidad en condiciones climáticas adversas.
Crédito: Chevrolet | Cortesía

Consideraciones técnicas y de eficiencia: espacio y consumo de combustible

Otro aspecto a considerar es el espacio disponible en un sedán. A diferencia de un hatchback, que tiene un área de carga más flexible y mayor espacio para alojar los mecanismos necesarios, los sedanes no cuentan con tanto margen. Integrar un sistema de limpiaparabrisas trasero en un sedán requeriría modificaciones en el diseño, lo que impactaría en su eficiencia aerodinámica y, por ende, en el consumo de combustible.

Por si fuera poco, el sistema de limpiaparabrisas agrega peso y complejidad, lo que podría afectar levemente el rendimiento del vehículo. En un sedán, donde la prioridad suele ser la comodidad y la eficiencia, este añadido no se justifica, sobre todo si consideramos que la visibilidad trasera no se ve tan comprometida como en un hatchback.

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Las lunas proporcionan una visión clara del entorno, lo que es crucial para la conducción segura.
Crédito: Shutterstock

Uso práctico y accesibilidad: el maletero y la apertura en los sedanes

La forma en que se accede al maletero es otro factor determinante. En un sedán, la apertura está separada del vidrio trasero, lo que hace que colocar un limpiaparabrisas resulte poco práctico. Si se instalara, su mecanismo podría interferir con la apertura del maletero, complicando su uso diario.

En un hatchback, donde la puerta trasera incluye tanto el vidrio como la apertura del maletero, el limpiaparabrisas es más fácil de integrar. Además, al abrirse toda la sección trasera, no hay elementos que interfieran con su funcionamiento.

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En los sedanes, el flujo de aire evita la necesidad de un limpiaparabrisas trasero.
Crédito: Kia | Cortesía

Una cuestión de necesidad y diseño

En resumen, la razón por la que los hatchbacks tienen limpiaparabrisas trasero mientras que los sedanes no se reduce a una combinación de aerodinámica, diseño y funcionalidad. Los sedanes, gracias a su diseño más aerodinámico y su menor necesidad de limpieza trasera, no requieren de este elemento adicional.

Por otro lado, en los hatchbacks, donde la acumulación de suciedad en el vidrio trasero es más común, el limpiaparabrisas se convierte en una herramienta imprescindible para garantizar la visibilidad y la seguridad al conducir. Esta diferencia, aunque pueda parecer sutil, refleja cómo cada tipo de vehículo está diseñado pensando en su uso y en las condiciones a las que se enfrentará en la carretera.

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