Volkswagen: caos en su software los lleva a China
Volkswagen parece decidido a acelerar su producción. La colaboración con XPeng y la adopción de soluciones innovadoras desde China podrían ser la clave.
Volkswagen enfrenta un desafío inesperado en su carrera por dominar el mercado de autos eléctricos: su propio software se ha convertido en un obstáculo mayor para la comercialización de sus modelos.
Tanto es así, que la automotriz alemana ha tomado una medida poco convencional al enviar a sus ingenieros a China para aprender de los expertos locales en tecnología automotriz.
El inicio de la crisis tecnológica de Volkswagen
Todo comenzó en 2021, cuando Volkswagen, con grandes ambiciones, anunció su intención de posicionarse como una marca líder en software para vehículos. Lo que parecía una transición natural para la compañía, que ya había invertido mucho en su gama eléctrica, pronto se convirtió en un laberinto de problemas técnicos.
La salida del ex-CEO Herbert Diess en 2022 marcó un punto de inflexión. La salida de Diess dejó en evidencia los problemas internos en Volkswagen, sobre todo en lo relacionado con el desarrollo de su plataforma para autos eléctricos. La compañía había apostado miles de millones de euros en la creación de plataformas que no arrojaban resultados concretos, lo que condujo a una serie de fracasos y retrasos.
Inicialmente, Volkswagen tenía como objetivo migrar de su actual plataforma eléctrica MEB a una más avanzada conocida como SSP (Scalable Systems Platform), pensada para ser la base de sus futuros vehículos eléctricos.
Sin embargo, los retrasos en el desarrollo de SSP llevaron a la creación de la plataforma PPE, una solución temporal que terminó complicando aún más el panorama. Esta complejidad técnica y los costos adicionales no hicieron más que acrecentar los problemas que ya enfrentaba la marca.
Cariad: La filial de software en apuros
La filial de Volkswagen encargada del desarrollo de software, Cariad, fue uno de los focos principales de las críticas. Esta división fue creada con el propósito de centralizar y acelerar los avances en software para toda la compañía, pero en lugar de simplificar, terminó retrasando las entregas de los nuevos sistemas.
Uno de los aspectos más controvertidos fue la introducción de botones táctiles en el volante, una decisión de diseño que resultó en una gran cantidad de quejas por parte de los conductores. Este tipo de errores dañaron la reputación de Volkswagen, especialmente en un mercado que cada vez es más exigente en cuanto a la experiencia tecnológica que ofrece un vehículo.
La apuesta de Volkswagen por China
Ante la presión de sus competidores y con el tiempo en contra, Volkswagen decidió dar un giro estratégico. En lugar de seguir enfrentando estos problemas por su cuenta, la empresa decidió aprender de uno de los líderes en desarrollo de software para vehículos eléctricos: China.
La automotriz alemana invirtió 700 millones de dólares en XPeng, una empresa china conocida por su innovación en el desarrollo de software para autos eléctricos. Este movimiento no solo le otorgó a Volkswagen una participación del 5% en XPeng, sino también un asiento en la junta directiva de la compañía.
Esta colaboración es clave para que Volkswagen pueda adoptar tecnologías que han sido exitosas en el mercado chino, conocido por su avanzada tecnología de info-entretenimiento y características de conducción autónoma.
La marca alemana ha enviado a cientos de sus ingenieros a trabajar en China con el objetivo de desarrollar una nueva plataforma eléctrica. Al aprovechar el conocimiento y la experiencia de empresas tecnológicas chinas, Volkswagen espera superar los obstáculos actuales y ofrecer tecnologías demandadas por los clientes, como pantallas giratorias y karaokes, características muy populares en el mercado asiático.
El futuro de Volkswagen frente a la competencia
Volkswagen está apostando fuerte por su reinvención en un mercado que evoluciona a gran velocidad. Su intención de aprender de los mejores en software automotriz refleja la urgencia con la que está tomando medidas para no quedarse atrás frente a gigantes como BYD y Tesla. Estos competidores ya ofrecen sistemas de info-entretenimiento avanzados y trabajan en tecnologías de conducción autónoma total.
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