Cuál contamina más: ¿un carro diésel o uno de gasolina?

Definitivamente, los viejos carros de diésel son considerablemente más contaminantes respecto a la gasolina. Pero los nuevos modelos, especialmente los fabricados desde 2014 en adelante, están diseñados con filtros y tecnologías para reducir el número de emisiones y minimizar los daños al ecosistema. Por ello, muchos de estos coches igualan actualmente a la gasolina en cuanto a la emisión de agentes tóxicos.

Diferencias entre diésel y gasolina

Ambos combustibles son contaminantes, pero es un hecho que en su composición el diésel tiene moléculas más pesadas que la gasolina. No obstante, los nuevos carros diesel incorporan sofisticados filtros antipartículas, catalizadores modernos y válvulas EGR que reducen significativamente las emisiones.

Estas modificaciones realizadas a los motores a diesel de 2014 en adelante, hacen difícil establecer cuál de las dos opciones es más contaminante, si el diésel o la gasolina.  Si bien los motores de gasolina generan 11% más de Dióxido de Carbono que los impulsados por gasoil, el diésel emite más Dióxido de Nitrógeno, que es de los productos más tóxicos. Además, el diésel tiene entre sus sustancias Dióxido de Azufre y Hollín.

Para poner un ejemplo más claro, según una comparativa realizada por Ecología verde, los carros actuales con motor a gasoil emiten por cada 10 millas alrededor de 2,6 kilogramos de CO₂. Mientras que, los impulsados por gasolina, emiten en el mismo recorrido 2,3 kilogramos.

Rendimiento desigual de ambos combustibles

Sin duda el rendimiento del gasoil es mayor al rendimiento de la gasolina porque se trata de un combustible más denso. Sin embargo, la gasolina ofrece mayor potencia al motor del coche y responde mejor al acelerar porque lo hace de manera más rápida. Pero por esa misma razón el consumo de combustible es mayor. Mientras que, el diésel, da mejor resultado a velocidades medias y se caracteriza por menor consumo.

Para entender las diferencias entre ambos hidrocarburos debemos destacar que, en los motores de gasolina, la combustión se ocasiona por la chispa que genera la bujía, tras la mezcla de aire en los cilindros que se comprime en el pistón. Por su parte, los propulsores diésel se impulsan por autodetonación generada por la presión del pistón sin la bujía.  

Aunque cada combustible tiene sus ventajas y sus desventajas, lo cierto es que este sistema va quedando cada vez más obsoleto e inevitablemente todo apunta que el camino quedará cada vez más servido para los coches eléctricos. 

Europa apunta a un mercado sin emisiones

Definitivamente, las regulaciones y normativas son cada vez más rígidas en el mercado automotor, para mitigar el calentamiento global que producen los hidrocarburos. Uno de los continentes que ha fijado límites en las emisiones para la circulación de carros es el europeo. Todo esto con el claro objetivo de sustituir completamente en un futuro no tan lejano el uso de coches a combustión.

Incluso, para el año 2035 estará prohibida en Europa la venta de vehículos nuevos impulsados por combustible. Esto, tras la aprobación de una Ley en el Parlamento Europeo que deberán cumplir los 27 países que conforman el bloque. La norma exige a los fabricantes reducir en 100% la emisión de CO₂.

Por esta y otras razones, muchas marcas han comenzado desde ya a producir coches eléctricos. Principalmente, para adaptarse a los nuevos tiempos y cumplir con las normas que ahora establece ese mercado y que pudiera replicarse en otros.

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