Cómo un simple peaje está mejorando la calidad de tráfico en Nueva York
Es probable que más ciudades en Estados Unidos y alrededor del mundo consideren medidas similares para abordar los desafíos del tráfico urbano en el siglo XXI.

Cómo un simple peaje está mejorando la calidad de tráfico en Nueva York. Crédito: Shutterstock
Desde el 5 de enero de 2025, Nueva York ha implementado un peaje de congestión en Manhattan, convirtiéndose en la primera ciudad de Estados Unidos en adoptar esta medida. El objetivo principal es reducir el tráfico vehicular, disminuir la contaminación y generar ingresos para mejorar el transporte público. Los resultados iniciales son prometedores, mostrando una notable mejora en la fluidez del tráfico y en la puntualidad del transporte público.
Un cambio necesario para una ciudad en movimiento

Manhattan, el corazón palpitante de Nueva York, ha sido durante décadas sinónimo de calles abarrotadas y atascos interminables. La densidad vehicular no solo afectaba la calidad de vida de los residentes, sino que también tenía un impacto negativo en el medio ambiente y en la eficiencia del transporte público.
Para abordar estos desafíos, las autoridades locales decidieron implementar un peaje de congestión, una estrategia ya probada con éxito en ciudades como Londres, Singapur y Estocolmo.
Detalles del peaje de congestión
El peaje se aplica a los vehículos que ingresan a la “Zona de Alivio de la Congestión”, que comprende todas las calles y avenidas locales al sur de la calle 60 en Manhattan. Las tarifas varían según el tipo de vehículo y la hora del día. Durante las horas pico (de 5 a.m. a 9 p.m. entre semana y de 9 a.m. a 9 p.m. los fines de semana), los vehículos de pasajeros con E-ZPass pagan $9, mientras que aquellos sin E-ZPass enfrentan una tarifa de $13.50.
Las motocicletas disfrutan de tarifas reducidas, pagando la mitad de lo que pagan los coches en horas pico. Los camiones y autobuses, dependiendo de su tamaño, tienen tarifas más altas. Además, existen exenciones para ciertos vehículos de emergencia y descuentos para conductores de bajos ingresos que cumplen con criterios específicos.
Impacto positivo en el tráfico y el transporte público

Los datos preliminares indican una mejora significativa en la movilidad urbana. Según informes, la velocidad durante las horas pico en el Holland Tunnel ha aumentado a 28 mph, casi el doble en comparación con el año anterior. De manera similar, la velocidad en el Manhattan Bridge hacia Brooklyn ha incrementado de 13 mph a 23 mph en las horas de la tarde. Estas mejoras sugieren que los conductores están experimentando tiempos de viaje más cortos y una conducción más fluida.
Además, la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) ha reportado que los autobuses están circulando con mayor rapidez y puntualidad, lo que ha llevado a un ligero aumento en la cantidad de pasajeros. La reducción del tráfico no solo beneficia a los conductores, sino que también mejora la eficiencia y la confiabilidad del transporte público, incentivando a más personas a optar por este medio de movilidad.
Recaudación y reinversión en infraestructura
El peaje de congestión no solo busca descongestionar las calles, sino también generar ingresos para financiar mejoras en la infraestructura de transporte. Se espera que los fondos recaudados se destinen a un plan de $15 mil millones para mejorar el transporte público local, incluyendo la modernización de trenes y autobuses, y la expansión de rutas. Esta reinversión es crucial para ofrecer alternativas de movilidad eficientes y sostenibles a los residentes y visitantes de la ciudad.
Desafíos y perspectivas futuras
Aunque los resultados iniciales son alentadores, es fundamental monitorear continuamente el impacto del peaje de congestión. Algunos críticos señalan que podría haber efectos secundarios, como el aumento del tráfico en áreas periféricas o impactos económicos en ciertos sectores. Sin embargo, las experiencias de otras ciudades sugieren que, con ajustes y una planificación adecuada, estos desafíos pueden ser mitigados.
La implementación del peaje de congestión en Nueva York representa un paso audaz hacia la modernización de la movilidad urbana. Al priorizar la eficiencia del transporte y la calidad de vida de sus habitantes, la ciudad sienta un precedente para otras metrópolis que enfrentan problemas similares.
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