Temor en EE.UU. por hackeo chino a carros inteligentes
Componentes de origen chino para vehículos inteligentes pudieran ser objetos de espionaje chino y ser amenaza de seguridad para Estados Unidos.
La preocupación de las autoridades estadounidenses no se basa en fantasías, pues hace unos años quedó en evidencia lo vulnerables que pueden ser estas tecnologías. En 2016, una empresa de seguridad de China logró hackear el Tesla Model S. La intromisión al sistema de manera remota a unos 20 kilómetros de distancia les permitió mover los asientos, abrir las puertas, el maletero y hasta controlar el panel multimedia.
Tesla solucionó la falla con una actualización de software que los llevó a ser seguros. Además, en ese momento se afirmó que el supuesto hackeo debía hacerse a pocos metros de distancia, por lo que no podía volver a pasar. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos ha mostrado preocupación por el avance de la industria china en el país norteamericano.
Riesgo de hackeo y espionaje chino en carros de Estados Unidos
Una de las razones por las cuales las marcas de vehículos chinos no se encuentran en Estados Unidos, es por las dudas que plantea el país sobre la seguridad de la privacidad. Diferentes estudios han señalado que son vulnerables a espionaje por parte del gobierno chino. Sin embargo, muchos componentes se fabrican en China, lo que ha generado preocupación en el gobierno.
Para el actual gobierno de Estados Unidos, la comprobable posibilidad de hackeo a vehículos inteligentes supone un riesgo de seguridad nacional. Considera que esta puerta, que se abrió hace unos años, incluso pudiera aumentar las amenazas de espionaje en medio de un complejo momento político, no solo con China sino también Rusia.
Como es bien conocido, los coches modernos usan sistemas de conexión inalámbrica a internet, cámaras y micrófonos que recopilan gran cantidad de información personal. Datos que temen puedan canalizarse como estrategia o método de vigilancia y ser usados con otros fines. Entendiendo estas dificultades, el Departamento de Comercio de Estados Unidos propuso un paquete normativo para limitar el ingreso de componentes chinos y rusos en su mercado de autos eléctricos.
Minimizar la presencia de fabricantes chinos en el mercado de EE.UU.
El proyecto de Ley que se promueve en Estados Unidos regularía el uso de software y hardware chinos en vehículos inteligentes que circulen en ese país. También, implicaría algunas restricciones para ciertos componentes rusos. La aprobación de la primera parte de esta normativa pudiera hacerse efectiva en 2027 y el paquete completo de propuestas en 2029.
La secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, indicó que quieren “abordar estas nuevas amenazas a la seguridad nacional antes de que los proveedores, fabricantes de automóviles y componentes de automóviles vinculados a China o Rusia se vuelvan algo común y generalizado en el sector de Estados Unidos“.
No obstante, habría algunas licencias para los fabricantes chinos que sean proveedores de empresas en Estados Unidos. Aunque, deben comprobar que cumplen con estándares de seguridad. Todo esto minimizaría la presencia del gigante asiático en el mercado eléctrico de Estados Unidos.
China preocupado por restricciones a su comercio
China ha tomado un importante protagonismo en el mercado de autos sin emisiones de todo el mundo. La producción de piezas, desarrollo de tecnologías y componentes le han otorgado una gran posición como proveedor y fabricante.
Por todo esto, el aumento de aranceles por parte de Estados Unidos para la importación de vehículos eléctricos y baterías chinas, así como este proyecto de restricciones para software, hardware y autos conectados, preocupa al comercio del país asiático.
El ministro de Comercio de China, Wang Wentao, recientemente manifestó la inquietud a su par estadounidense por las políticas que se han venido implementando y que pudieran endurecerse. Sin embargo, la administración Biden parece firme en su disposición de avanzar a este respecto, faltando muy poco para las elecciones presidenciales.
Muchas marcas tanto estadounidenses como europeas han buscado alianzas y compras de tecnologías en China para el desarrollo de vehículos eléctricos. Cada vez más, se ven compañías chinas otorgando servicios a marcas grandes como BMW, Mercedes Benz o Chevrolet, por ejemplo.
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