Tesla bajo la lupa: muertes por puertas que no abren en accidentes
Informe expone 15 muertes en choques de Tesla por fallos en puertas eléctricas que no abren, con NHTSA investigando Model Y y demandas en curso por seguridad.
Tesla bajo escrutinio por puertas eléctricas defectuosas. Crédito: Shutterstock
Un informe reciente revela que al menos 15 personas han perdido la vida en accidentes de Tesla, donde las puertas eléctricas no se abrieron, dejando a ocupantes atrapados en vehículos en llamas. Este problema, ligado al diseño innovador, pero controvertido de las manijas electrónicas, ha encendido alarmas en reguladores y consumidores. La tendencia parece agravarse, con más de la mitad de estos casos reportados desde finales de 2024.
Puertas eléctricas de Tesla: innovación o riesgo
Las manijas de puertas en modelos como el Model Y y Model 3 dependen de una batería de 12 voltios para activarse, un sistema que prioriza el diseño minimalista. En colisiones graves, esta batería puede fallar, desactivando los mecanismos electrónicos y complicando la salida rápida. Aunque Tesla incluye liberaciones manuales de respaldo en puertas delanteras, su ubicación (a menudo oculta bajo plásticos o alfombras) las hace difíciles de encontrar en pánico.

Expertos señalan que este enfoque eléctrico difiere de competidores con manijas mecánicas tradicionales, lo que multiplica quejas en foros y reportes oficiales. Bloomberg analizó miles de documentos de accidentes con fuego desde 2012, confirmando 12 incidentes donde puertas Tesla no cedieron ni para rescatistas. La falta de datos públicos sobre estos fallos complica el panorama, pero evidencia un patrón preocupante en vehículos eléctricos.
Investigación NHTSA sobre Model Y
La NHTSA abrió una pesquisa en septiembre de 2025 sobre 174.000 unidades del Model Y (2021-2025) por manijas que no responden tras ciclos de uso o choques. La agencia evalúa si el fallo representa un defecto de seguridad grave, potencialmente expandiendo la indagación a otros modelos. Aún no reportan lesiones específicas ligadas, pero el escrutinio crece ante demandas judiciales en EE.UU.
Este caso recuerda prohibiciones inminentes, como en China, donde las manijas autopresentadas de Tesla serán vetadas desde 2027 por riesgos en emergencias. Reguladores globales cuestionan si la dependencia electrónica sacrifica vidas en incendios post-colisión, comunes en baterías de litio.
Casos trágicos que cuestionan la seguridad
Tragedias recientes ilustran el drama: en Wisconsin, cinco ocupantes de un Model S murieron atrapados en llamas tras un choque, con familiares demandando a Tesla por “puertas trampa”. En Alemania, dos niños y un adulto perecieron en un Tesla incendiado, pese a intentos fallidos de testigos por abrir las puertas electrónicas.

Otro suceso en un Cybertruck dejó una joven muerta, incapaz de activar las puertas durante un incendio. Estos eventos, sumados a cuatro amigos calcinados en un Model Y, resaltan cómo el fuego se propaga rápido en eléctricos, dejando segundos críticos para escapar. Más de la mitad de las 15 muertes citadas ocurrieron post-noviembre 2024, sugiriendo un pico alarmante.
Respuesta de Tesla y soluciones en marcha
Tesla lanzó una página de seguridad detallando que sus puertas se desbloquean automáticamente post-choque para acceso de emergencia, aunque aclara limitaciones en modelos antiguos por fecha de fabricación. El jefe de diseño anunció un rediseño híbrido (mecánico y eléctrico) para mitigar riesgos. Manuales incluyen guías para liberaciones manuales traseras, pero críticos argumentan que no son intuitivas.
Aun así, la marca enfrenta demandas por negligencia, alegando conocimiento previo de fallos en baterías y puertas. Tesla no es la única con manijas eléctricas (unos 70 modelos las usan), pero lidera quejas por su volumen de ventas y popularidad en EV.
Implicaciones para compradores de vehículos eléctricos
Este escándalo obliga a reflexionar sobre el equilibrio entre innovación y seguridad en la era eléctrica. Propietarios deben familiarizarse con manuales y simulacros de emergencia, mientras reguladores presionan por estándares más estrictos. Para el sector automotriz, casos como estos podrían acelerar transiciones a diseños más robustos, priorizando rescates oportunos en accidentes.
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