Una válvula que Nikola Tesla desarrolló hace 100 años, usada hoy en autos con tecnología de punta
La válvula macrofluídica, uno de los inventos menos conocidos de Nikola Tesla, vuelve a despertar el interés de la comunidad científica a más de 100 años de su invención
La válvula de Tesla, científicamente llamada válvula macrofluídica, es uno de los inventos menos conocidos de Nikola Tesla, el genio austríaco que le obsequió al mundo los principios para poder usar la electricidad como fuente de energía. Este invento, subestimado por muchos, es ahora el objeto de una reciente investigación publicada en Nature Communications que retoma algunas de sus particularidades para demostrar su vigencia y proponer algunos posibles usos en la actualidad.
Creada en 1920 como una opción para controlar fluidos a gran escala, esta válvula dispone de una estructura fija sin piezas removibles y de un intrincado diseño que dirige el fluido en una misma dirección, al tiempo que lo bloquea en la dirección contraria. A diferencia de los fluidos a microescala, los fluidos a macroescala poseen un comportamiento completamente distinto y es allí donde se centra este invento de Tesla, cuya estructura puede ser realmente útil para bombear lubricantes, combustibles y otros tipos de líquidos en diversos sectores y en diversas industrias de manera efectiva, sin necesidad de usar otras piezas o correr el riesgo de que el fluido no llegue a su destino. En pocas palabras, se trata de una sola estructura que funcionaría por simples leyes físicas y químicas que aún en la actualidad siguen siendo un misterio y que representan el motivo de esta investigación.
Según algunos primeros hallazgos, en lo que respecta a la industria automotriz, esta válvula podría ser la solución en la simplificación de muchos sistemas si se logra dar con el uso correcto, pero tendría mayor eficiencia para flujos que no son constantes o que disponen de ciertas interrupciones. Según los investigadores, ese contexto ideal podría darse en presencia de un motor de combustión interna, cuya operatividad implica vibraciones y esas vibraciones generan el entorno ideal para el funcionamiento de esta válvula. Esto podría ser realmente desalentador para Tesla, la empresa a la vanguardia de la creación de autos eléctricos que en los últimos años se ha visto ensombrecida por la polémica generada en torno a su piloto automático, el cual parece estar relacionado con un accidente reciente en California y con muchos otros desde 2016.
Otro hallazgo de la investigación sostiene que dicha válvula podría ser realmente útil cuando se trata de grandes flujos, permitiendo que estos se desplacen fácilmente, a través de su estructura, por el canal central sin desviarse hacia las islas de las que dispone a cada lado, unas estructuras más pequeñas cuyo principal objetivo termina siendo el bloqueo del fluido en dirección contraria, una tarea que desempeñan mucho mejor cuando ese fluido es bombeado a alta velocidad.
Siendo Tesla el fabricante que está tras la pista de los inventos de su homónimo, no sería extraño que ya se encuentre en el camino hacia el diseño de algún tipo de tecnología derivada de este invento que, a pesar de tener más de 100 años, aún no ha sido descifrado del todo.
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