California: conductores de Uber y Lyft podrán sindicalizarse y ampliar sus derechos
Más de 800.000 conductores podrán formar sindicatos y negociar condiciones laborales. Te contamos qué cambia y cómo afecta a los trabajadores y a las empresas.
Conductores celebran en Sacramento la firma de la nueva ley que amplía derechos laborales sin eliminar la figura de contratistas independientes. Crédito: AI | Impremedia
En una decisión considerada histórica, el gobernador Gavin Newsom firmó una ley que amplía los derechos de los conductores de Uber, Lyft y otras aplicaciones de transporte, permitiéndoles formar sindicatos y negociar colectivamente con las plataformas sin perder su estatus de contratistas independientes.
El cambio afecta a más de 800.000 trabajadores en el estado y marca un punto de inflexión en el debate sobre los derechos laborales en la economía de las apps, conocida como “gig economy”.

California aprueba ley histórica para conductores de Uber y Lyft
Hasta ahora, los conductores de plataformas como Uber y Lyft no podían unirse para negociar sus condiciones laborales porque no eran considerados empleados, sino “trabajadores independientes”. La nueva norma crea una figura intermedia, que les da derecho a organizarse colectivamente, elegir representantes y presentar reclamos formales ante las empresas.
Qué cambia con la nueva ley
- Podrán formar sindicatos y negociar “de buena fe” con las plataformas.
- Mantendrán su estatus de contratistas, por lo que las empresas no están obligadas a pagar beneficios como seguro médico o vacaciones.
- Se reducen las coberturas mínimas de seguro en caso de accidente: pasa de 1 millón de dólares por persona a 60.000 dólares, y de 1 millón por accidente a 300.000 dólares.
- Según estimaciones oficiales, esta modificación ahorrará a las empresas más de 200 millones de dólares al año.

El contexto: la Proposición 22 y la batalla legal
En 2020, California aprobó la Proposición 22, impulsada por Uber y Lyft, que estableció que sus conductores eran contratistas independientes y no empleados. Esa ley fue duramente criticada por organizaciones sindicales y grupos de derechos laborales, que la calificaron como una “derrota para los trabajadores”.
La nueva legislación no elimina la Proposición 22, pero abre la puerta a una representación colectiva, algo que los trabajadores venían reclamando desde hace años.
“Por primera vez, podremos sentarnos a negociar tarifas y condiciones”, dijo un representante del grupo Rideshare Drivers United, aunque aclaró que la ley “no garantiza aún contratos justos ni mejoras salariales inmediatas”.

Qué significa para los conductores
La posibilidad de formar sindicatos representa un cambio profundo en el equilibrio de poder entre las plataformas y los choferes. Ahora podrán unirse para reclamar:
- Transparencia en las tarifas y comisiones.
- Protección frente a suspensiones o bloqueos injustificados.
- Condiciones más seguras de trabajo, especialmente en las noches o zonas de riesgo.
- Sin embargo, algunos expertos advierten que la reducción del seguro obligatorio podría dejar a los conductores más vulnerables ante accidentes graves o demandas civiles.
Impacto nacional: ¿modelo para otros estados?
California suele marcar tendencia en temas laborales y tecnológicos. Por eso, esta ley podría servir como modelo para otros estados, como Massachusetts o Nueva York, donde también se discute la situación de los trabajadores de aplicaciones.
Si el proyecto resulta exitoso, no se descarta que el debate llegue al Congreso federal, lo que podría generar una nueva regulación nacional para la economía digital.
Críticas y dudas
Aunque la ley fue celebrada por muchos sindicatos, algunos legisladores y analistas advierten que el acuerdo beneficia también a las empresas, que lograron mantener la figura de contratista y reducir sus costos de seguro.

“Es un avance en derechos, pero también un alivio financiero para Uber y Lyft”, opinó un economista laboral de la Universidad de California. “El verdadero impacto se verá en los próximos años, cuando sepamos si las negociaciones sindicales logran mejoras reales”.
En resumen, la nueva ley de California no convierte a los conductores en empleados, pero abre un nuevo capítulo en la lucha por los derechos laborales en la era digital.
Por primera vez, quienes trabajan en la economía de las apps tendrán una herramienta para negociar colectivamente, sin perder la flexibilidad que buscan muchos de ellos.
Para Uber, Lyft y otras plataformas, el desafío será mantener la rentabilidad sin enfrentar una ola de demandas o reclamos en otros estados.
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