Formula E: Por qué las carreras de autos eléctricos son interesantes y deberíamos prestarles más atención
¿Sabías que los Formula E necesitan generar su propia energía para poder terminar la prueba? ¿Y que es la única competición de motor donde ningún piloto pone dinero para conseguir un volante?
ACTUALIZACIÓN: La plataforma de streaming Roku retransmitirá las carreras de Formula E de la temporada 2024. Es la primera vez que Roku compra derechos deportivos para retransmisión en vivo.
La Formula E cumplirá 10 años en 2024. Una década en la que ha viajado por el mundo organizando carreras de autos eléctricos en las calles de algunas de las ciudades más importantes del mundo.
Desde aquel primer gran premio en Beijing en 2014 la competición ha evolucionado tanto como la industria de los vehículos eléctricos. Aquella primera generación de bólidos tenían unas baterías tan poco eficientes que los pilotos tenían que cambiar de auto a mitad de la prueba.
Con la segunda generación de monoplazas eléctricos, la quinta temporada en 2018/2019 vio autos más rápidos -con una velocidad máxima de 174 millas por horas (280km/h)- y potentes -250kW (335bhp)- que ya podían completar una carrera completa con un sola batería.
Mientras tanto, en estos años llegaban al mercado masivo los autos eléctricos, el segmento de más crecimiento en la industria. Algunos aprendizajes y tecnologías de la Formula E sirvieron para mejorar los EVs que iban llegando al gran público.
En este 2023 la Formula E dio otro salto con la tercera generación de monoplazas, aún más rápidos, potentes y eficientes que los anteriores. Éstas son algunas razones por las que la Formula E es una competición interesante, con futuro y más relevante y entretenida de lo que puede parecer:
1. La recuperación de energía
En una carrera de Formula E, cerca del 40% de la energía utilizada por estos autos de 3ª generación se obtiene durante la propia prueba a través de la regeneración de energía del freno motor (no a través de los frenos en las ruedas). Éste es quizá el avance tecnológico más significativo.
Esa unidad de recuperación de energía llega a cargar a una impresionante potencia de 600 kW. Para que se hagan una idea, los cargadores rápidos más potentes del mercado actual alcanzan como máximo una potencia de 350 kW.
La batería de todos los autos es la misma, de 38 kWh -la mitad de capacidad que la mayoría de autos eléctricos que se venden ahora en Estados Unidos-. Y todas son del mismo proveedor. Los equipos no tienen permiso por ahora para desarrollar sus propias baterías, pero sí el chasis, el motor eléctrico y el resto del auto.
2. Una tecnología directamente aplicable al mercado
Como explica Sam Bird, piloto del equipo Jaguar TCS Racing, la Fórmula 1 se ha vuelto tan cara que su tecnología sólo la ves “si vas al espacio o te compras el último hipercarro”, mientras que los avances de la Formula E se ven en los autos eléctricos dos años después.
El software desarrollado para el equipo de Formula E ha ayudado a que el Jaguar I-Pace, el SUV eléctrico de la marca británica, ganara 15 millas (25 km) de rango con la misma batería.
“No es solo marketing”, añade Bird. “La Formula E es una campeonato pionero que realmente es un catalítico para el cambio que ayuda a diseminar el mensaje de que la movilidad eléctrica es el futuro”.
3. Ningún piloto paga por un asiento
La Formula E es la única competición de motor del mundo donde todos los pilotos son profesionales con un salario y ninguno aporta dinero a través de un patrocinador.
Según James Barclay, director del equipo Jaguar, por esta razón la Fórmula E es la competición de motor más avanzada y profesional.
4. Carreras impredecibles con adelantamientos constantes
Como explicamos más arriba, la recuperación de energía es clave en las carreras de Formula E. Sin ella, no se alcanza ni a terminar la prueba.
Al tener que conservar energía, no es conveniente liderar la carrera durante muchas vueltas, sobre todo en los circuitos que rectas largas. El bólido que va en primera posición consume más batería que los que le siguen, quienes se benefician del “efecto pelotón” o rebufo y ahorran así energía.
“Es un poco como un maratón”, explica Chris Evans, el otro piloto de Jaguar TCS Racing. “No puedes pretender salir a fondo y mantenerte así toda la prueba. Tienes que quemar energía en los momentos correctos”.
Esto hace que las tácticas de carrera sean variadas y que nadie lidere de principio a fin. En la última carrera celebrada en Portland -una de las pocas del campeonato que se corre en una pista y no en un circuito urbano-, la diferencia entre el líder y el último del grupo se mantuvo en menos de 10 segundos durante casi toda la prueba.
“La categoría está muy igualada. Puedo ganar mañana como puedo quedar el 20º”, comenta Evans.
5. Neumáticos más “reales” y duraderos
La Formula E aboga por la sostenibilidad, por lo que utiliza muchos menos neumáticos que otras pruebas de motor.
Sólo se utiliza un tipo de neumáticos que sirven para todas las condiciones: calor, frío, lluvia… Y para cada Gran Premio, cada carro sólo tiene dos juegos de neumáticos disponibles que debe utilizar durante los entrenamientos libres, la calificación y la carrera.
Se trata, por tanto, de neumáticos mucho más duraderos, que además tienen que soportar el mayor peso y las bruscas aceleraciones de los autos eléctricos. Eso impacta en el grip del neumático con el asfalto, perdiendo tiempo respecto a otras competiciones, pero también lo hace un neumático más “real” y sostenible.
Desde su inicio, Michelin era el proveedor de todas las gomas, pero la marca francesa abandonó el circuito el año pasado. Desde 2023, todos los neumáticos son de la marca coreana Hankook.
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