Por qué los eléctricos reciben más golpes en la parte trasera
Los coches eléctricos reciben más golpes traseros por su frenada regenerativa, que sorprende a otros conductores. Descubre por qué ocurre y cómo evitarlo.
¿Por qué los eléctricos reciben más golpes en la parte trasera? Crédito: Shutterstock
Un estudio reciente de la empresa norteamericana Mitchell ha revelado una curiosa tendencia en los accidentes de tráfico en los últimos años: los coches eléctricos son más propensos a sufrir colisiones traseras que frontales en comparación con los vehículos de combustión interna.
Según el informe, el 35,9% de las colisiones en vehículos eléctricos ocurren en la parte posterior, mientras que en los coches térmicos este tipo de accidentes representa el 27,5%. Por otro lado, las colisiones frontales son menos comunes en los eléctricos, con un 25,8% frente al 31,5% en los de combustión.
La frenada regenerativa: una posible explicación
Una de las principales características de los coches eléctricos es la frenada regenerativa. Este sistema permite que, al levantar el pie del acelerador, el vehículo desacelere de manera notable, convirtiendo la energía cinética en electricidad que se almacena en la batería.
Esta desaceleración puede ser más intensa de lo que los conductores de vehículos de combustión están acostumbrados, lo que podría sorprender a quienes circulan detrás y provocar colisiones por alcance. Además, muchos coches eléctricos ofrecen la opción de “conducción de un solo pedal”, donde la frenada regenerativa es tan potente que el uso del pedal de freno se reduce al mínimo.
Aunque este modo mejora la eficiencia energética y ofrece una experiencia de conducción más fluida para el conductor del vehículo eléctrico, puede resultar inesperado para otros conductores, aumentando el riesgo de colisiones traseras.
Tecnologías avanzadas y su impacto en la seguridad
Otra razón que podría explicar la menor incidencia de colisiones frontales en vehículos eléctricos es la incorporación de avanzadas ayudas a la conducción (ADAS). Al ser modelos más recientes, muchos eléctricos están equipados con sistemas como la frenada automática de emergencia, que detecta obstáculos y puede detener el vehículo para evitar una colisión frontal.
Esta tecnología reduce significativamente la probabilidad de impactos frontales, pero no influye en las colisiones traseras, donde el control depende del vehículo que se aproxima por detrás.
Implicaciones para conductores y fabricantes
Estos hallazgos subrayan la importancia de la adaptación tanto de conductores como de fabricantes a las particularidades de los vehículos eléctricos. Para los conductores de coches eléctricos, es esencial ser conscientes de cómo su vehículo puede comportarse de manera diferente en situaciones de frenado y anticipar posibles reacciones de otros usuarios de la vía.
Por su parte, los fabricantes podrían considerar la implementación de señales visuales o auditivas que alerten a los conductores que siguen a un vehículo eléctrico sobre una desaceleración significativa, especialmente cuando se utiliza la frenada regenerativa en su máxima intensidad.
Además, la educación vial y las campañas de concienciación podrían desempeñar un papel crucial en la reducción de este tipo de accidentes, informando a todos los conductores sobre las diferencias en el comportamiento de los vehículos eléctricos.
La transición hacia la movilidad eléctrica trae consigo no solo beneficios ambientales y económicos, sino también nuevos desafíos en términos de seguridad vial. Comprender las diferencias en el comportamiento de los vehículos eléctricos y adaptarse a ellas es fundamental para garantizar una convivencia segura y armoniosa en las carreteras.
Tanto conductores como fabricantes y autoridades deben trabajar conjuntamente para abordar estas nuevas dinámicas y asegurar que la adopción de vehículos eléctricos se realice de manera segura para todos.
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