Por qué es importante limpiar el motor de un auto y cuándo hacerlo
La limpieza facilita la detección de posibles fugas de aceite y líquidos, lo cual reduce el riesgo de averías
Muchos conductores desconocen que resulta necesario limpiar el motor para lograr un mejor desempeño de un vehículo, pues tenerlo lleno de grasa y polvo, poco a poco, genera averías o hacen que están pasen desapercibidas a simple vista.
Otro punto importante es que la suciedad aceitosa y grasienta que se acumula en un motor puede atrapar algo de calor, lo cual no es saludable para algar la vida de un vehículo.
Así que limpiar el motor de un automóvil ofrece ciertos beneficios como es determinar de dónde proviene el aceite o la grasa que llega a aparecer.
De esta manera, un pequeño problema como una fuga de aceite menor puede aislarse y repararse antes de que se convierta en un lío mayor.
Además, el aceite y la grasa pueden acelerar el desgaste de las mangueras de goma y las piezas de plástico.
Ahora bien, aunque un motor siempre debe lucir casi impecable, lavarlo cada semana no es una regla, así que depende de los hábitos de cada propietario de un vehículo.
Las personas interesadas en asear el motor de su automóvil deben saber que hacerlo de la manera más profesional requiere de brochas, plásticos, bolsas, cinta aislante, producto desengrasante y una pistola a presión. Sin embargo, en caso de no tener todo esto, una alternativa es llevarlo con un experto.
En todos los servicios profesionales de limpieza se emplea una pistola a presión, pues así resulta más fácil desprender la grasa y el polvo del exterior de un motor. Sin embargo, se debe emplear con cuidado y, sobre todo, previamente haber protegido todos los elementos electrónicos.
Como regla general, antes de ponerse a limpiar un motor esté debe estar frío, pues de lo contrario puede dañarse.
Acto seguido, con unas bolsas de plástico y cinta aislante se deben sellar elementos eléctricos como el alternador, la batería, las conexiones de cables y los posibles conductos de aire para evitar que les entre agua.
Posteriormente, la limpieza inicia retirando los rastros de polvo con la ayuda de broncas grandes y pequeñas, las primeras para avanzar rápido y las otras para acceder a espacios limitados.
Una vez retirado el polvo, en las zonas donde se encuentre grasa es necesario emplear desengrasantes que la remuevan y esperar algunos unos minutos para que actúen.
Luego, todo el trabajo duro queda a cargo de la pistola a presión, pero se debe tener cuidado de no acercarla demasiado al motor ni tampoco a las partes eléctricas, aunque estén protegidas.
Concluida la limpieza y después de que el agua haya escurrido, se deben retirar las protecciones de plástico en las áreas previamente cubiertas para darle paso a un par de horas de secado a fin de evitar una posible condensación de agua.
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