Qué pasa si conduces con freno de mano puesto: riesgo de incendio y más

Cuando jalas de la palanca, activas el freno de estacionamiento en las llantas traseras. Si conduces sin desactivarlo, genera mucho desgaste en todo el sistema.

como se usa el freno de mano

Aunque muchas personas olvidan hacerlo, es necesario usar el freno de mano siempre que se estacione el auto. Crédito: Aleksey Korchemkin | Shutterstock

Manejé con el freno de mano puesto y olía a quemado”. “No me di cuenta y recorrí muchas millas con el freno de mano activado”. Es común. La mayoría de las personas tienen distracciones al conducir y algunas veces eso puede traer consecuencias que afectan el buen estado de los autos. Veamos qué puede pasar si conduces tu auto con el freno de mano puesto.

Es muy común que al encender el auto y tratar de avanzar te des cuenta de que tienes el freno de mano puesto. Normalmente, uno lo advierte al instante y en seguida quita el freno, pero también hay ocasiones conducimos tramos más largos sin quitar el freno.

Freno de mano con palanca.
El mejor freno de mano depende de las preferencias del conductor.
Crédito: Shutterstock

Aquí te contamos por qué conducir con el freno de mano activado puede causar graves daños mecánicos y hasta un riesgo de incendio, dependiendo de cuánto tiempo y a qué velocidad lo hagas.

¿Qué puede pasar si conduces con el freno de mano puesto?

Conducir con el freno de mano activado es peligroso y puede dañar los frenos, afectar la potencia del motor y aumentar el riesgo de incendio. Si notas el problema, detente y verifica el sistema antes de seguir manejando.

Estas son las consecuencias de andar con el freno manual activado:

1.- Olor a quemado

Si conduces por la carretera con el freno de mano puesto, no tendrás la misma capacidad de aceleración que normalmente tiene, y es muy probable que, si vas demasiado lejos, comience a notar un olor a quemado.

Este olor proviene del sobrecalentamiento de las balatas y discos por el exceso de fricción entre ellas.

2.- Posible Incendio

La fricción crea demasiado calor y, si los frenos se calientan demasiado, es posible que se incendien.

3.- Acristalamiento de los frenos

Todo ese exceso de fricción sobrecalienta los frenos y, cuando se enfrían, puede crear un esmalte sobre los tambores, rotores y las balatas. Cuando eso sucede, la superficie es más resbaladiza de lo que debería ser y eso reduce drásticamente la potencia de frenado de su vehículo.

Freno de mano electrónico
Freno de mano electrónico.
Crédito: Shutterstock

4.- El cable del freno electrónico se desajusta

Su freno de mano funciona con un ajuste muy fino donde el cable del freno se conecta con la palanca del freno. Si está demasiado apretado, los frenos no se soltarán por completo cuando quite el freno, pero si está demasiado flojo, no se engancharán lo suficiente cuando aplique el freno de mano.

Cuando conduces con el freno de mano puesto, las balatas se desgastan, lo que puede alterar el ajuste al aflojarlas demasiado. Si eso sucede, deberás reajustar el freno o no proporcionará la potencia de frenado que necesitas.

¿Qué hacer si conduje con el freno de mano puesto?

  • Si fue por pocos metros: No hay problema grave, pero revisa el freno de mano.
  • Si manejaste varios kilómetros: Inspecciona los discos o tambores; si hay olor a quemado, deja que se enfríen antes de usarlos nuevamente.
  • Si ves humo o el auto no frena bien: Detente de inmediato y revisa el sistema de frenos en un taller.

Cómo saber si el freno de mano está dañado

Es muy fácil comprobar si el freno de mano se ha destensado. Si el recorrido al tirar con la palanca es demasiado largo, no hay duda de que el cable está destensado y, por tanto, cada vez tendrá menos fuerza para retener al vehículo. Un problema especialmente importante si aparcamos en una cuesta.

activar el freno de mano mientras conduces
Freno de mano eléctrico.
Crédito: Shutterstock

Otro problema es que el cable y su funda también se pueden llegar a romper.

En el caso de que nos cueste demasiado esfuerzo tirar de la palanca del freno de mano, el origen sería que los cables, los forros de los frenos o las pastillas estén desgastados y ejerzan demasiada presión.

En cambio, si la palanca no se mantiene subida, puede deberse a que el dentado o el trinquete de fijación estén rotos.

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