Por qué gran cantidad de autos chocados de EE.UU. terminan en Rusia
La compleja red de exportación de vehículos siniestrados desde Estados Unidos, pasando por Georgia y otros países de Asia Central, hasta llegar a Rusia.

Subasta de autos de COPART. Crédito: COPART | Cortesía
En las vastas explanadas de Rustavi, una ciudad industrial a unos 20 kilómetros de Tiflis, la capital de Georgia, se extienden estacionamientos que albergan miles de vehículos de diversas marcas y modelos.
Desde lujosos Mercedes y Porsche hasta populares Toyota y, últimamente, autos americanos como Tesla, estos automóviles comparten una característica común: provienen de Estados Unidos y, en su mayoría, han sufrido accidentes que los catalogaron como pérdida total.
El auge de un negocio inesperado

Empresas como Caucasus Auto Import (CAI) han encontrado una oportunidad en este mercado. Adquieren vehículos siniestrados en subastas estadounidenses, los transportan a Georgia y los someten a procesos de reparación.
David Gulashvili, director ejecutivo adjunto de CAI, destaca que su empresa ha contribuido significativamente a la renovación del parque automotor georgiano, que anteriormente estaba dominado por modelos de producción soviética como Lada y Vaz.
En 2023, Georgia importó vehículos por un valor de 3.100 millones de dólares y exportó por 2.100 millones, principalmente a antiguas repúblicas soviéticas del Cáucaso y Asia Central. Los automóviles se han convertido en el segundo producto de exportación más importante del país, solo superado por el mineral de cobre.
El camino hacia Rusia
Aunque Georgia comparte frontera con Rusia, la reexportación directa de vehículos a este país se ha visto afectada por las sanciones internacionales impuestas tras la invasión rusa de Ucrania en 2022. En septiembre de 2023, el Servicio de Impuestos de Georgia anunció restricciones en la reexportación y tránsito de automóviles importados de Estados Unidos o Europa hacia Rusia y Bielorrusia.
Sin embargo, las cifras sugieren que muchos de estos vehículos terminan en territorio ruso. Tras la invasión de Ucrania, se ha observado un aumento significativo en las exportaciones de autos usados a países como Kazajistán, Kirguistán y Armenia, todos miembros de la unión aduanera liderada por Rusia. Esto facilita que vehículos registrados en estos países ingresen a Rusia con aranceles mínimos.
Mecanismos de evasión y mercado gris
A pesar de las restricciones oficiales, se han identificado lagunas legales que permiten la entrada de productos occidentales de lujo, incluidos automóviles, a Rusia. Países vecinos como Georgia, Azerbaiyán y Kazajistán han experimentado un aumento en las importaciones, sugiriendo su participación en una triangulación que facilita la llegada de estos productos a Rusia.
Además, investigaciones han revelado que concesionarios de automóviles a ambos lados de la frontera ruso-georgiana explotan estas lagunas legales para continuar el comercio. Aunque empresas como CAI afirman haber restringido cualquier tipo de transacción con Rusia desde el inicio del conflicto, reconocen la dificultad de rastrear el destino final de los vehículos reexportados a otros países.
La ruta de los autos siniestrados
El proceso comienza en Estados Unidos, donde vehículos que han sufrido accidentes y son considerados pérdida total por las compañías de seguros son puestos en subasta. Empresas georgianas los adquieren y los transportan en barcos de contenedores hasta puertos en la costa del Mar Negro de Georgia. Una vez en territorio georgiano, mecánicos locales los reparan, aprovechando los bajos costos de mano de obra y mantenimiento en comparación con Estados Unidos.
Posteriormente, estos vehículos son vendidos en mercados locales o reexportados a países de Asia Central. La pertenencia de estos países a la unión aduanera liderada por Rusia facilita que los vehículos ingresen al mercado ruso con mínimos obstáculos arancelarios.
Impacto en el mercado ruso
A pesar de las sanciones y restricciones, la demanda de vehículos occidentales en Rusia se mantiene alta. Las clases altas rusas, acostumbradas a productos de lujo, siguen buscando formas de adquirir estos bienes. Las importaciones legales a través de países como Turquía, Bielorrusia y naciones de Asia Central han facilitado un mercado gris que abastece al consumidor ruso.
Además, productos tecnológicos como teléfonos móviles también ingresan al mercado ruso a través de importaciones paralelas, aunque a un costo más elevado. Aunque las sanciones han afectado la economía rusa, especialmente en el ámbito del consumo familiar, no han logrado frenar por completo el flujo de productos occidentales al país.
Te puede interesar: