Sistema de control de emisiones: qué es y por qué puede fallar
Con la evolución de la tecnología automotriz, los vehículos modernos están equipados con sistemas avanzados de control de emisiones diseñados para reducir el impacto ambiental.
Un fallo en este sistema significa que el motor está en modo de emergencia, lo que se traduce en una pérdida de potencia y la imposibilidad de superar las 2,000 RPM.
Si alguna vez te has encontrado con una luz de advertencia en tu tablero que indica una avería en el sistema de control de emisiones, este artículo te explicará todo lo que necesitas saber y hacer al respecto.
Señales de advertencia
Una de las primeras señales de que algo no va bien con el sistema de control de emisiones de tu vehículo es el encendido de un testigo en el cuadro de mandos. Este testigo suele ser una luz que representa un motor o un símbolo específico del sistema de emisiones. Su activación generalmente viene acompañada de una serie de síntomas que incluyen:
– Pérdida de potencia: el vehículo puede entrar en un modo de emergencia, reduciendo automáticamente la potencia y el régimen de revoluciones para proteger el motor.
– Ralentí irregular: notarás que el motor no mantiene una velocidad constante al estar en punto muerto, lo que puede provocar sacudidas y tirones.
– Problemas de aceleración: el coche puede tardar más en responder al pedal del acelerador, lo que afecta la experiencia de conducción.
Posibles causas
Los posibles culpables pueden incluir sensores defectuosos, problemas en el sistema de escape o fallos en el catalizador. Uno de los componentes más comunes implicados en las averías del sistema de control de emisiones es la válvula EGR (recirculación de gases de escape).
Esta válvula puede fallar debido a la acumulación de hollín, especialmente si el vehículo se utiliza principalmente en entornos urbanos donde las paradas y arranques frecuentes son comunes.
Qué hacer ante una avería
Cuando se enciende el testigo de avería del sistema de control de emisiones, lo primero que debes hacer es no entrar en pánico. Estos son los pasos recomendados:
1. Revisar el manual del propietario: consulta el manual de tu vehículo para identificar el significado exacto del testigo de advertencia y las recomendaciones específicas del fabricante.
2. Verificar el ralentí y la temperatura: asegúrate de que el motor mantiene una temperatura correcta y que el ralentí no es extremadamente irregular. Evita realizar viajes largos hasta que se haya solucionado el problema.
3. Acudir al taller: la mejor manera de diagnosticar y solucionar una avería en el sistema de control de emisiones es acudir a un taller mecánico de confianza. Los profesionales pueden realizar un diagnóstico completo utilizando herramientas de escaneo específicas para identificar y reparar el problema.
4. Mantenimiento preventivo: para evitar futuras averías, asegúrate de realizar el mantenimiento regular del vehículo, incluyendo la limpieza y revisión de la válvula EGR y otros componentes del sistema de emisiones.
Consecuencias de ignorar el problema
Ignorar una avería en el sistema de control de emisiones puede llevar a problemas mayores y más costosos a largo plazo. Además del riesgo de daños adicionales al motor, un sistema de emisiones defectuoso puede provocar un aumento en las emisiones contaminantes, lo que es perjudicial tanto para el medio ambiente como para la salud pública.
Estar atento a las señales de advertencia y actuar de manera oportuna puede ahorrarte tiempo, dinero y reducir tu huella ambiental. La próxima vez que veas el testigo de control de emisiones encenderse en tu tablero, sabrás exactamente qué hacer para mantener tu coche en perfecto estado.
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