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Traer autos desde Reino Unido ahora es más barato que de México

Este cambio no solo afecta a los fabricantes, sino también a los consumidores, quienes podrían enfrentar precios más altos y menos opciones en el mercado.

Stellantis ajusta producción por aranceles en EE.UU.

Concesionarios Fiat, Jeep y Abarth. Crédito: Stellantis | Cortesía

La industria automotriz global enfrenta un cambio inesperado: el Reino Unido ha ganado ventaja sobre México en la importación de vehículos a Estados Unidos, gracias a un nuevo acuerdo comercial que está generando controversia. 

Este giro, impulsado por políticas comerciales de la administración Trump, ha desatado críticas de gigantes como Ford, General Motors y Stellantis, quienes advierten sobre los riesgos para la competitividad de Norteamérica.

Un acuerdo que cambia las reglas del juego

El reciente pacto comercial entre Estados Unidos y Reino Unido permite importar vehículos británicos con menores requisitos de contenido estadounidense, en comparación con los estrictos estándares del T-MEC aplicados a México y Canadá. 

Reino Unido supera a México en precios de importación de autos a EE.UU.
Autos de las marcas Fiat, Jeep y Abarth.
Crédito: Stellantis | Cortesía

Según Matt Blunt, presidente del American Automotive Policy Council (AAPC), esto significa que es más barato importar autos desde el Reino Unido que desde los socios norteamericanos, a pesar de que estos últimos integran hasta un 50% de componentes estadounidenses.

Este cambio ha roto el equilibrio que el T-MEC buscaba fortalecer, afectando la integración regional que ha sido clave para la industria automotriz de EE.UU. Las grandes marcas de Detroit temen que este acuerdo sea solo el comienzo, abriendo la puerta a negociaciones similares con competidores asiáticos o europeos.

Impacto económico en la industria automotriz

Las consecuencias de estas políticas ya son visibles. General Motors enfrenta una posible exposición arancelaria de entre 4,000 y 5,000 millones de dólares, especialmente por modelos importados de Corea del Sur. Sin embargo, la empresa está implementando estrategias para mitigar hasta un 30% de este impacto, como aumentar la producción local de baterías. 

Acuerdo comercial favorece autos británicos en Estados Unidos
Concesionario Ford.
Crédito: Shutterstock

Por su parte, Ford calcula un costo de 2,500 millones de dólares, aunque espera reducir esta carga en 1,000 millones sin trasladar todo el incremento a los consumidores.

Stellantis, en una medida más drástica, ha suspendido su guía financiera y está revisando sus planes de inversión debido a la incertidumbre. La empresa, que importa más del 40% de sus vehículos desde México y Canadá, ya comenzó a reducir estas operaciones, recurriendo a inventarios acumulados, una solución que no es sostenible a largo plazo.

Reacciones y ajustes en el sector

Las automotrices no se han quedado de brazos cruzados. General Motors está trabajando con proveedores para aumentar el contenido estadounidense en sus vehículos, mientras que Ford ha anunciado ajustes de precios a partir de mayo, combinados con descuentos activos hasta julio. Stellantis, por su parte, está reconfigurando su red de proveedores y desplazando producción a plantas en EE.UU. para minimizar el impacto de los aranceles.

General Motors y Ford contra acuerdo automotriz con Reino Unido
Concesionario General Motors.
Crédito: Shutterstock

La administración Trump, en respuesta a las protestas, ha suavizado algunos aranceles a autopartes, ofreciendo créditos por contenido estadounidense. Sin embargo, el arancel del 25% sobre los 8 millones de vehículos importados anualmente sigue vigente, manteniendo la presión sobre la industria.

Qué significa esto para el futuro del mercado automotriz

El acuerdo con el Reino Unido podría redefinir las dinámicas del comercio automotriz global. Si este modelo se replica con otros países, la posición de Norteamérica como centro de producción integrado podría debilitarse, afectando a miles de empleos y proveedores en EE.UU., México y Canadá.

La industria automotriz, un pilar económico de la región, enfrenta un momento crítico que exige decisiones estratégicas tanto de las empresas como de los gobiernos.

Mientras el Reino Unido celebra su ventaja comercial, las automotrices de Detroit piden un replanteamiento de estas políticas para proteger la competitividad regional. ¿Podrá Norteamérica adaptarse a este nuevo panorama? Solo el tiempo lo dirá.

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