Ventanas de autos: por qué no se rompen como el vidrio normal
En los primeros días del automóvil, los parabrisas y ventanas de los autos hechas en vidrio común representaban un gran peligro para los ocupantes.
Hace algunos años, en caso de accidente, las ventanas de los autos se rompían en miles de pedazos afilados, causando lesiones graves, incluso mayores de las que causaba el accidente en sí.
Esta peligrosa situación llevó a la invención del vidrio laminado usado hoy en día para los parabrisas y ventanas del auto, marcando un hito en la historia de la seguridad automotriz.
El origen del vidrio laminado
El descubrimiento del vidrio laminado fue en gran parte un accidente fortuito. En 1903, el químico francés Edouard Benedictus dejó caer un vaso recubierto de nitrato de celulosa y notó que, en lugar de romperse en pedazos, mantenía su forma original.
Inspirado por esta observación, Benedictus desarrolló y patentó una técnica que involucraba dos capas de vidrio con una capa intermedia de celulosa, dando lugar al primer vidrio laminado.
No fue hasta 1938 que este tipo de vidrio ganó popularidad en la industria automotriz, gracias a la invención del butiral de polivinilo por Carleton Ellis. Este material no se decoloraba con el tiempo y ofrecía una claridad y durabilidad superiores.
En 1939, Ford promovió su nuevo “cristal de seguridad ‘Indestructo’”, destacando su resistencia a fragmentarse en pedazos afilados y su claridad inalterable.
Ventajas del vidrio laminado
El vidrio laminado ofrece múltiples ventajas, algunas de las cuales son esenciales para la seguridad y el confort de los ocupantes de un vehículo.
1. Absorción de impactos: gracias a su elasticidad y resistencia, los parabrisas laminados absorben mejor los impactos. Esto significa que, en caso de accidente, la energía del golpe se dispersa más eficientemente, reduciendo el riesgo de lesiones.
2. No fragmentación: a diferencia del vidrio común, el vidrio laminado no se rompe en fragmentos afilados. La capa intermedia mantiene los pedazos adheridos, minimizando las lesiones causadas por los fragmentos voladores.
3. Protección contra elementos externos: el vidrio laminado impide la entrada de objetos al interior del vehículo. Dependiendo del grosor y la cantidad de capas, puede incluso resistir balas de alto calibre en vehículos blindados.
4. Incremento de la rigidez estructural: los cristales laminados contribuyen a la rigidez estructural del automóvil, ayudando a prevenir el aplastamiento del techo en caso de vuelco.
5. Protección UV y reducción de ruido: además de sus propiedades físicas, el vidrio laminado suele tener protección contra rayos ultravioleta y reduce significativamente el ruido que entra al habitáculo, proporcionando un viaje más cómodo y seguro.
Vidrio templado: una alternativa
Aunque el vidrio laminado es común en parabrisas, las ventanas laterales y traseras de la mayoría de los automóviles suelen usar vidrio templado. Este tipo de vidrio, al romperse, se fragmenta en pequeños pedazos redondeados que son menos peligrosos que los fragmentos afilados del vidrio común.
Sin embargo, no ofrece las mismas ventajas de absorción de impactos y protección contra elementos externos que el vidrio laminado.
Perspectiva a futuro
La tendencia hacia la mayor seguridad y confort en los automóviles indica que es posible que veamos un aumento en el uso de vidrio laminado en todas las ventanas del vehículo. Ya algunos modelos de alta gama ofrecen esta característica como estándar o como una opción adicional.
El vidrio laminado representó una innovación crucial en la industria automotriz, proporcionando una combinación única de seguridad, resistencia y confort. Su desarrollo y adopción han transformado la experiencia de conducción.
La evolución de los materiales y técnicas de fabricación promete seguir mejorando estos aspectos, llevando la seguridad y el confort automotriz a nuevos niveles a medida que la tecnología nos trae nuevas opciones.
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