AWD o 4WD: diferencias, pros y contras de cada sistema de tracción
AWD y 4WD pueden parecer similares, pero sus diferencias afectan el desempeño en distintos terrenos.

AWD y 4WD ofrecen tracción en las cuatro ruedas, pero sus diferencias pueden marcar la diferencia en terrenos difíciles o condiciones climáticas adversas. Crédito: Shutterstock
Los sistemas de tracción han evolucionado a tal punto que hoy en día elegir entre AWD y 4WD no es tan sencillo. A simple vista, podría parecer que ambos cumplen la misma función, pero la realidad es que tienen diferencias clave que afectan el desempeño según el terreno y el clima.
Si alguna vez te has preguntado qué sistema es mejor para conducir bajo la lluvia, la nieve o en caminos sin pavimentar, aquí te explicamos de forma clara qué distingue a la tracción en las cuatro ruedas (4WD) de la tracción total (AWD) y cuál se adapta mejor a tus necesidades.

Qué es AWD y cómo funciona
AWD (All-Wheel Drive o tracción en las cuatro ruedas permanente) es un sistema que distribuye automáticamente el torque entre las ruedas delanteras y traseras según la necesidad. Esto permite mejorar la tracción en condiciones resbaladizas sin que el conductor tenga que activar ningún modo especial.
Cuándo es útil AWD
- Conducción en lluvia o nieve ligera.
- Manejo en caminos pavimentados con ciertas irregularidades.
- Vehículos que buscan un equilibrio entre eficiencia y seguridad en terrenos moderados.
Algunos modelos modernos incluso incluyen modos especiales como “Nieve”, “Arena” o “Barro”, permitiendo adaptar el comportamiento de la tracción para mejorar el agarre en distintos escenarios.

Qué es 4WD y en qué se diferencia
La tracción en las cuatro ruedas (4WD o 4×4) es un sistema más robusto diseñado para situaciones extremas. A diferencia del AWD, el 4WD se activa manualmente y distribuye de manera uniforme la potencia entre las ruedas delanteras y traseras, asegurando que todas giren al mismo ritmo.
Cuándo es recomendable 4WD
- Conducción todoterreno en caminos de rocas, arena o lodo profundo.
- Tramos con pendientes pronunciadas o terrenos muy accidentados.
- Vehículos diseñados para aventuras fuera del camino, como pickups y SUVs todoterreno.
Algunas versiones incluyen modos de baja velocidad, como “4-Low” (4L), que mejoran la capacidad de escalada en terrenos difíciles al proporcionar más torque a menor velocidad.

AWD y su evolución: ahora también configurable
Si bien AWD se ha caracterizado por ser automático, en la actualidad muchos vehículos incluyen un botón de bloqueo AWD. Al presionarlo, el sistema distribuye la potencia de manera equitativa entre los ejes, garantizando que las ruedas con mejor tracción mantengan el movimiento.
Esta función es particularmente útil en situaciones donde hay pérdida momentánea de tracción, como caminos con hielo o tierra suelta.
4WD y sus variantes modernas
El 4WD también ha evolucionado. Algunos modelos, como la Ford F-150, incluyen el modo “4WD Auto” (4A), que funciona como un AWD tradicional, enviando torque según las necesidades del terreno sin necesidad de intervenir manualmente.
Esto permite un uso más versátil del 4WD, combinando la robustez del sistema con la comodidad de la tracción automática en condiciones cambiantes.

AWD o 4WD: ¿cuál elegir según tus necesidades?
Si vives en una ciudad con inviernos nevados o lluvias frecuentes, un vehículo con AWD puede ser más práctico. No solo ofrece mejor tracción en caminos resbaladizos, sino que también mejora la estabilidad en carreteras mojadas.
Por otro lado, si disfrutas de la aventura y sueles manejar fuera del asfalto, un vehículo con 4WD te brindará la confianza necesaria para enfrentar terrenos desafiantes sin comprometer el rendimiento.
Consideraciones a tener en cuenta:
- Para uso diario en ciudad y ocasional nieve o lluvia: AWD es la mejor opción.
- Para terrenos difíciles y actividades todoterreno: 4WD es imprescindible.
- Si buscas un equilibrio: Modelos con 4A o AWD con modos personalizables pueden ser la alternativa ideal.
En definitiva, la elección del sistema de tracción entre AWD y 4WD depende del uso que le darás a tu vehículo. Antes de decidir, es clave analizar el tipo de terreno y las condiciones climáticas en las que conduces con mayor frecuencia.
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