Apagar el motor en los semáforos: ¿ahorro o mayor gasto de gasolina?

Imagínate sentado en un semáforo, el ruido del motor de tu automóvil debajo de ti de repente se detiene y tu auto se apaga. Cuando quitas el pie del freno, el motor vuelve a arrancar. En la industria del automóvil se llama sistema Start-Stop.

“Originalmente estaba en los híbridos, pero ahora se ha trasladado a la corriente principal de los vehículos como una forma de abordar el ahorro de combustible y los problemas de escape”, dijo la portavoz de AAA, Georjeane L. Blumling.

¿Apagar el motor en los semáforos realmente ahorra gasolina?

Una de las preguntas más comunes es saber si realmente ahorra gasolina este sistema y si es posible obtener los mismos beneficios simplemente apagando su motor tradicional en los semáforos.

Una campaña promovida por Sustainable America dice que la respuesta es sí, rotundamente. Según sus informes, si el motor va a estar más de 10 segundos al ralentí (en punto muerto y sin acelerar), merece la pena desconectarlo: esta organización asegura que el gasto extra que supone arrancarlo se compensará con el ahorro por haberlo tenido apagado. Sustainable America ofrece otros dos datos interesantes (referidos a Estados Unidos, pero más o menos extrapolables): cada conductor pasa al día 16 minutos al ralentí; apagar el motor supone un ahorro de entre 121 y 242 litros al año.

¿El motor gasta más gasolina al encenderlo?

¿Esto realmente es así? “Siempre que el coche esté parado, va a ahorrar. Es una leyenda eso de que el motor consume más al arrancar que estando al ralentí. Cuando está frío sí, es cierto que inyecta algo más de combustible para compensar la condensación, pero en cuanto se calienta, y eso ocurre enseguida, inyecta la cantidad justa”, asegura el responsable del Departamento Técnico de Hyundai, Juan Pedro García Arquero.

El ahorro de combustible depende de la temperatura del motor

La conclusión parece clara: siempre y cuando el motor tenga la temperatura idónea, merece la pena detener el motor en esas pausas, aunque sean cortas. Si está parado, deja de consumir, y cuanto más tiempo esté parado, mayor es el ahorro.

¿El motor del auto se ve afectado por esta práctica?

Sin embargo, hay matices. Y no son irrelevantes. “Todo depende realmente del tiempo que se va a estar parado. Hay una frontera [que no está definida] en la que el ahorro de combustible compensa los posibles problemas derivados de apagar y arrancar el motor constantemente”, advierte el experto de Hyundai.

Para empezar, el motor de arranque puede verse afectado, porque está diseñado para un determinado número de ciclos. Unos 50.000, aproximadamente. Si alguien usa el coche a diario y apaga y enciende el motor 20 veces diarias, que en una gran ciudad no sería raro, en siete años alcanza ese número de usos y está comprometiendo la vida útil del motor. En los modelos con Start-Stop, por el contrario, el número de ciclos se multiplica por seis.

La batería del auto también se puede ver comprometida

En esta operación también entra en juego la batería, como explica García Arquero: “Los modelos con parada y arranque automáticos incorporan baterías de gel con mayor densidad energética, capaces de conservar mejores prestaciones durante un periodo más amplio. Además, incluyen un sensor que detecta el estado de carga. Si se encuentra por debajo del 80%, el Start-Stop no detiene el motor para evitar problemas.

Una batería convencional, por el contrario, se descargará mucho más fácilmente y terminarás reemplazándola, sin embargo, el coste de cambiarla puede que no compense el ahorro de combustible.

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