Cadillac Celestiq: un eléctrico que rompe moldes y esquemas
El Cadillac Celestiq redefine el lujo con diseño artesanal, alta tecnología y 600 hp eléctricos. Un auto que rompe moldes en cada detalle.

Cadillac CELESTIQ. Crédito: General Motors | Cortesía
El Cadillac Celestiq no es solo un auto, es una declaración de intenciones. Con un precio que arranca en los $340,000 dólares y una producción limitada a unas 250 unidades al año, este sedán eléctrico de ultra lujo busca redefinir lo que significa ser un Cadillac.
Es una mezcla audaz de diseño futurista, tecnología de punta y una exclusividad que lo pone en la mira de gigantes como Rolls-Royce y Bentley. A continuación, exploramos por qué este vehículo es tan especial y cómo logra destacar en un mercado saturado de propuestas.
Un diseño que desafía convenciones
El Celestiq no pasa desapercibido. Con 5.5 metros de largo, más ancho que un Rolls-Royce Phantom y más bajo que un sedán convencional, su silueta es imponente y dramática. Su carrocería, fabricada con fibra de carbono y paneles compuestos, combina líneas fluidas con detalles que evocan tanto el pasado glorioso de Cadillac como un futuro electrificado.

La parte trasera, tipo hatchback, es un guiño arriesgado que lo distingue de cualquier otro sedán de lujo. Los faros LED, con animaciones proyectadas, y la ausencia de manijas exteriores refuerzan su estética de nave espacial.
Cada detalle, desde las llantas de 23 pulgadas hasta el techo de cristal electrocrómico que permite a cada pasajero ajustar la opacidad, está pensado para impresionar. Es un auto que no solo se conduce, sino que se exhibe como una obra de arte.
Potencia eléctrica con alma de Cadillac
Bajo su capó (o más bien, su suelo) el Celestiq utiliza la plataforma Ultium de General Motors, optimizada para ofrecer 655 caballos de fuerza y 646 lb-pie de torque. Sus dos motores eléctricos, uno por eje, le permiten acelerar de 0 a 60 mph en unos 3.8 segundos, una cifra sorprendente para un vehículo que pesa 6,500 libras.
La batería de 111 kWh ofrece una autonomía estimada de 303 millas, aunque está por detrás de competidores como el Lucid Air.

La suspensión, con resortes de aire y amortiguadores magnetorreológicos, absorbe las imperfecciones del camino con una suavidad que rivaliza con los mejores. Además, la dirección en las cuatro ruedas mejora la maniobrabilidad, haciendo que este gigante se sienta ágil en curvas y espacios reducidos. Es un equilibrio entre confort supremo y un manejo que no sacrifica emociones.
Un interior que redefine el lujo
Entrar al Celestiq es como ingresar a una sala VIP. El habitáculo está dominado por una pantalla QLED de 55 pulgadas que se extiende de pilar a pilar, integrando el cuadro de instrumentos, el sistema de infoentretenimiento y una sección para el copiloto. Con 38 altavoces AKG, asientos con masaje, calefacción en los apoyabrazos y pantallas traseras, cada pasajero es tratado como un invitado de honor.

La personalización es el sello del Celestiq. Cada unidad es hecha a medida, con opciones que van desde colores únicos hasta incrustaciones de materiales exóticos. ¿Quieres que las rejillas de ventilación tengan un grabado personalizado? Cadillac lo hace posible gracias a la impresión 3D. Este nivel de exclusividad asegura que no haya dos Celestiq iguales.
¿Un rival para Rolls-Royce?
Cadillac no oculta sus ambiciones: el Celestiq apunta al olimpo del lujo, donde reinan Rolls-Royce y Bentley. Su precio, que puede superar los $400,000 con personalizaciones, lo coloca en ese terreno, pero también genera preguntas.

¿Puede Cadillac, una marca que ha luchado por recuperar su prestigio, competir con íconos establecidos? El Celestiq responde con un producto que combina innovación, artesanía y una narrativa que apela tanto al orgullo americano como a la modernidad eléctrica.
Un paso audaz hacia el futuro

El Cadillac Celestiq no es para todos, y esa es precisamente su fortaleza. Es un manifiesto rodante que busca devolver a Cadillac su lugar como “el estándar del mundo”. Con su diseño atrevido, tecnología avanzada y un enfoque en la exclusividad, este eléctrico no solo rompe moldes, sino que crea un nuevo paradigma para el lujo automotriz.
Te puede interesar: