Conducir contra la Depresión: los carros son el eje de una terapia en Australia

Los problemas de salud mental están a la orden del día en todo el mundo, sobre todo después de la pandemia. De hecho, cerca de 14 millones de hispanos en Estados Unidos reportaron padecer alguna enfermedad mental en 2021, según la Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias. Por eso es bueno tener a mano un recurso que está dando buenos resultados en Australia: se llama Drive Against Depression (Conducir contra la depresión) y es todo un éxito del otro lado del mundo.

Conducir contra la Depresión: al volante de tu salud mental

Drive Against Depression es una organización benéfica que funciona desde hace años en Australia. Su fundador, Adam Davis, sufre problemas psiquiátricos desde la adolescencia y un día descubrió que solo cuando se ponía al volante encontraba momentos de felicidad y alivio en su estado.

Así, después de ponerse en manos de profesionales médicos y psicólogos, decidió fundar esta organización benéfica, legalmente registrada en Australia. Para él, el carro es su mejor amigo, su confidente, su aliado. Lo ha ayudado en los peores momentos, dice.

Por eso decidió compartir su experiencia con otras personas que pudieran estar sufriendo algún problema de salud mental y encuentren en su automóvil un lugar de paz o sanación. Su objetivo, cuenta, es que la afición por el automóvil y los eventos que organiza la DAD sirvan como un primer paso para que se normalice hablar sobre la salud mental.

“Conducir es libertad -reza su página web-. Las enfermedades mentales y la depresión pueden ser paralizantes y pueden minar la voluntad de relacionarse con el mundo exterior. Dentro de nuestra comunidad, conducir es un escape de esa espiral emocional descendente. Es un movimiento más allá de las paredes de tu mente, un enfoque en disfrutar de tu vehículo y en conectar con los rasgos idiosincrásicos que lo hacen tuyo. Involucra tus sentidos”.

La organización destaca que “Porque eso es lo que “la conducción hace algo importante” por personas con depresión: “nos saca de la cama. Nos anima a reconectarnos con nosotros mismos y con los demás. Le brinda el espacio de cabeza para buscar más ayuda. Básicamente, trae libertad”.

En cada charla o evento, Adam aclara que fue una combinación de medicación, ejercicio, estructura de apoyo familiar y su vehículo, lo que lo ayudó a superar el día a día de la depresión. Y, si bien esa combinación puede ser diferente para cada uno, reconoce que el automóvil fue uno de los componentes de esa terapia.

Justamente, el objetivo de DAD es fomentar la interacción entre los que sufren estos problemas de salud mental a través del entusiasmo compartido por el automovilismo.

La finalidad de la organización es colaborar con especialistas del sector médico para conectar a los miembros de esta comunidad con el servicio de salud mental adecuado.

Depresión y conducción

Los organismos de salud y de seguridad vial advierten que la depresión reduce las capacidades para conducir con seguridad, debido a los propios efectos de esta dolencia, como el desinterés, la baja capacidad de concentración y las reacciones más lentas.

Si a esto unimos los efectos secundarios de algunos fármacos antidepresivos, es posible que algunos pacientes no se encuentran en las mejores condiciones para conducir con normalidad, sobre todo al inicio del tratamiento con esos fármacos. Por eso es clave contar siempre con la contención y el consejo de un profesional de la salud, que pueda evaluar la capacidad de conducir de una persona con estos padecimientos.

Puedes ver más información en el sitio web de Drive Against Depression

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