Ozzy Osbourne: su legendaria (y accidentada) historia con los autos
Ozzy Osbourne, ícono del heavy metal, vivió una pasión caótica por los autos deportivos, desde su Triumph Herald hasta un accidentado Ferrari 458 Italia.

Ozzy Osbourne. Crédito: Shutterstock
Ozzy Osbourne, conocido mundialmente como el icónico líder de Black Sabbath y pionero del heavy metal, no solo dejó un legado imborrable en la música, sino también una relación única y caótica con los automóviles.
Su vida, marcada por excesos y extravagancias, se reflejó en su amor por los autos deportivos, que iba desde coleccionar vehículos de lujo hasta protagonizar accidentes memorables. Tras su fallecimiento el 22 de julio de 2025, recordamos su fascinante historia al volante, tan intensa como su carrera musical.
Una licencia de conducir tras 19 intentos
Conseguir una licencia de conducir fue una odisea para Ozzy. A los 60 años, en 2009, finalmente lo logró en Los Ángeles, pero no sin antes fallar 19 veces en los exámenes. En una entrevista con Howard Stern, el cantante confesó, entre risas, que sus nervios lo llevaban a presentarse a las pruebas en condiciones poco ideales, lo que añadía un toque de humor a su persistencia.

Comparó el examen estadounidense con los rigurosos tests británicos, calificándolo como algo mucho más sencillo, casi una “broma”. Esta hazaña marcó un hito en su vida, aunque su tiempo al volante sería breve.
De un Triumph Herald a un Ferrari: la evolución de su garaje
La colección de autos de Ozzy Osbourne reflejaba su personalidad excéntrica. Su primer vehículo fue un modesto Triumph Herald, pero con el tiempo, su garaje se llenó de joyas automotrices. Entre sus favoritos estaba un Mercedes 280 SE, al que describió como un “hermoso clásico”, un Range Rover, un Audi R8 y, por supuesto, un Ferrari 458 Italia.

Este último, comprado para celebrar su licencia, tuvo un destino accidentado. En 2010, con apenas 32 kilómetros, Ozzy chocó el Ferrari en una autopista de Los Ángeles. Aunque el daño fue menor, el temor a demandas legales lo llevó a dejar de conducir y optar por chóferes.
Otro modelo destacado fue un Ferrari California, cuya compra estuvo envuelta en una anécdota divertida. Cuando el vendedor le preguntó qué opinaba del “California”, Ozzy respondió con su característico humor: “El clima está jodidamente genial”, sin darse cuenta de que se refería al nombre del auto.
Aventuras al volante y momentos icónicos
La relación de Ozzy con los autos no se limitó a coleccionarlos. En los años 70, mientras conducía un Jaguar XJ12 por una autopista inglesa, alcanzó los 209 km/h, comparando la experiencia con pilotar un avión gracias a los dos tanques de combustible del vehículo. Este episodio es solo un ejemplo de cómo su vida al volante era tan intensa como sus actuaciones en el escenario.
En 2003, Ozzy protagonizó un momento televisivo inolvidable durante el Gran Premio de Canadá de Fórmula 1. Cuando el periodista Martin Brundle intentó entrevistarlo en la parrilla, Ozzy respondió con un comentario sarcástico sobre sus perros, dejando al entrevistador sin palabras y añadiendo un capítulo más a su legado de excentricidades.
Un adiós inolvidable y su amor por los autos
El 5 de julio de 2025, Ozzy se despidió de los escenarios con un concierto benéfico en Birmingham, su ciudad natal, que reunió a 45.000 personas y recaudó cerca de 190 millones de dólares para causas médicas. Este evento, donde se reunió con los miembros originales de Black Sabbath, fue el broche final a su carrera. Aunque su salud, afectada por el Parkinson, lo alejó de las giras, su pasión por los autos permaneció hasta el final.

La historia de Ozzy Osbourne con los autos es un reflejo de su vida: desbordante, impredecible y llena de momentos memorables. Desde sus intentos fallidos por obtener una licencia hasta su colección de vehículos de lujo, el Príncipe de las Tinieblas dejó una huella imborrable tanto en la música como en la cultura automotriz.
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