Por qué entra agua al motor, causas y consecuencias
Existen varias características que pueden ayudar a identificar cuando se mezclan los líquidos dentro del motor.
El motor es sin duda el corazón de cualquier auto, su correcto funcionamiento se ve reflejado en el desempeño eficiente del coche. Este componente tan esencial para echar a andar el vehículo lleva al interior distintas piezas que, con los años, sufren desgaste y es así como aparecen las fallas en el vehículo.
Asimismo, pueden surgir ciertas averías en el motor por falta de mantenimiento, especialmente en cuanto a la lubricación o proceso de enfriamiento. Cuando entra agua o refrigerante al motor del auto, las señales aparecerán de inmediato. En este artículo te mostraremos algunas de las causas y consecuencias de que entre refrigerante o agua al motor.
El agua o refrigerante entra al motor cuando se une con el lubricante
Cuando el agua o refrigerante se pasa al motor, es uno de los problemas bastante comunes en fallas o averías. Además, cuando ocurre esto, es fácil confirmar esta situación con algunos síntomas como la aparición de humo blanco por el escape, pérdida de potencia y fallas en el rendimiento. Aunque a través del motor circulan tanto lubricante como refrigerante, lo hacen por distintas tuberías o ductos y no deben mezclarse. Cuando ocurre, puede haber daños graves en el motor y significa que algo falló.
Importancia del sellado en la culata en el motor
Una fuga entre la culata y el bloque es la razón más común por la que entra agua al motor. Cuando esta junta sufre desgaste o deformación por recalentamiento, el sellado entre ambos componentes se pierde. Es allí cuando se mezclan los líquidos que ya mencionamos circulan a lo interno, pero por distintos conductos, para cumplir determinadas funciones.
Tal situación afecta el proceso de combustión interna causando pérdida de compresión y, por ende, de potencia. Otra forma de verificar si esto ha ocurrido es checando en la varilla del aceite si el lubricante mantiene su viscosidad y color característico. Si observa alguna irregularidad en su textura o apariencia, es que posiblemente pasó agua. El aceite lucirá un espesor distinto y color café con leche.
No forzar más el vehículo y acudir a un taller mecánico
Buscar un diagnóstico profesional es la recomendación más acertada en estos casos para evitar errores y no incurrir en acertijos. Detener el uso del vehículo mientras se detecta la falla es lo ideal para reducir al mínimo la magnitud de los daños. Circular en estas condiciones dañará otras piezas y elevará el costo de una reparación que ya resulta costosa.
Cuando las propiedades de los aditivos del lubricante se ven alteradas por la presencia de agua, el aceite deja de cumplir su función en el motor. Esto afecta las piezas internas, impide la regulación de la temperatura, aumenta el consumo de combustible y no permite el óptimo desempeño del auto. De allí la importancia de no forzar el vehículo para reducir el daño.
Repuestos de calidad y compra en lugares certificados
Al momento de la reparación procura adquirir repuestos de calidad. Un buen material ayuda a prevenir deformaciones en las distintas piezas y las hace más resistentes al calor. El cambio del aceite contaminado también es inevitable, si ya le entró agua debe ser reemplazado por completo según el tipo de lubricante que recomienda el fabricante.
En este punto es muy importante comprar aceites en comercios de confianza y certificados. Muchas veces vendedores inescrupulosos ofrecen lubricantes de dudosa procedencia, sin sellar y de baja calidad, que pueden comprometer también la vida del motor.
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