¿Qué plantea la Ley Federal sobre las garantías para autos usados en EE.UU.?
Aunque las leyes en EE.UU. cambian significativamente dependiendo del estado en que te encuentres, existen algunas disposiciones generales que pueden ayudarte a la hora de realizar algún reclamo relacionado a la garantía de un auto usado
La Comisión Federal de Comercio (FTC) de los EE.UU. ofrece diferentes explicaciones relacionadas a los tipos de garantías que le corresponden, o no, a los compradores de autos usados dependiendo sus circunstancias.
Dichos casos puntuales determinarán si podrás solicitar un reembolso o el pago de piezas defectuosas en tu auto usado, por lo que te recomendamos estar al tanto de todos los detalles. Esto se debe a que generalmente esos datos se encuentran en la letra pequeña del contrato que firmarás y en el contenido de las guías de compra que el concesionario al que hayas asistido te ofrezca.
De esa manera, estos son los diferentes tipos de garantías (o falta de) que se encuentran dispuestos en la Ley Federal estadounidense:
1- “Como está” (sin garantía)
Si encuentras las palabras “Como está” o “As is” en tu contrato final o guía del comprador, entonces tu auto usado no tendrá garantía. Inclusive si su vendedor te afirma que lo puedes devolver si no está satisfecho días después del pago, debes asegurarte que esa afirmación esté plasmada en alguna parte del documento. De otra forma no tiene ninguna validez legal.
También debes saber que los estados de los estados de Connecticut, Hawaii, Kansas, Maine, Maryland, Massachusetts, Minnesota, Mississippi, New Jersey, New Mexico, New York, Rhode Island, Vermont, West Virginia, y el Distrito de Columbia, NO permiten la compra-venta de autos usados “como está”.
2- Garantías implícitas
Las garantías implícitas consisten una protección de la Ley hacía el comprador, donde se intuye que existen que los concesionarios deben cumplir con estándares razonables de calidad. El rango de tiempo por el que las garantías son válidas debe estar planteado por el documento legal entregado al comprador.
Frases como “como está” y “con todos sus defectos”, de manera escrita, anulan las garantías implícitas.
3- Garantías implícitas de comerciabilidad
Las garantías implícitas de comerciabilidad son las más comunes, y refieren a promesa del vendedor con respecto al automóvil que esté ofertando. En resumen, se trata de la aseveración, verbal y escrita, que el producto “funciona correctamente”.
Según la FTC, “las averías y otros problemas que pueden surgir después de la venta no prueban que el vendedor haya incumplido la garantía de comerciabilidad. Se considera que el vendedor infringió la garantía de comerciabilidad únicamente si el comprador puede demostrar que el defecto en cuestión ya existía al momento de la venta“.
4- Garantías de aptitud para un propósito particular
Este tipo de garantía cuando el encargado, o vendedor, de un concesionario te aconsejan que uno de sus vehículos es apto para cumplir un fin particular. Por ejemplo: un tráiler para ser remolques, servicios de taxis, etc.
5- Garantías completas y limitadas
Generalmente los concesionarios suelen incluir garantías limitadas con la compra de un auto usado. Sin embargo, cuando se trata de una garantía completa, se incluyen los siguientes términos y condiciones:
1- El usuario tendrá garantía de servicio durante un lapso de tiempo estipulado.
2- Las garantías implícitas no posee límite temporal.
3- El servicio de garantía se dará sin ningún cargo extra.
4- El usuario debe recibir un reembolso si el concesionario no es capaz de reparar el vehículo durante el tiempo estipulado.
5- Para obtener el servicio de garantía solo debe contactar al concesionario.
6- Garantías de fábrica vigentes
En el caso que el vehículo usado que hayas comprado todavía esté cubierto por la garantía de su fabricante original, debes solicitar toda la documentación original al vendedor privado o al concesionario.
Con esos datos en mano, debes verificar que las condiciones de millas y fecha de caducidad estén en regla para después llamar al fabricante. No olvides tener el VIN, o número de identificación del vehículo, a la mano.
A modo de recomendación, te informamos que no deberías firmar un documento legal, de ningún tipo, sin primero leer cada detalle plasmado en sus páginas. Es una recomendación que te podrá librar de cientos de implicaciones y problemas de papeleo en el futuro.
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