Made in USA: el ranking definitivo de autos 100% americanos
El panorama automotriz americano sigue siendo competitivo, con fabricantes locales e internacionales invirtiendo en el país para ofrecer vehículos de calidad.
Tesla Model S. Crédito: Shutterstock
Cuando hablamos de autos “Made in USA”, no solo se trata de dónde se ensamblan, sino también de la procedencia de sus piezas y la mano de obra involucrada. El índice de Cars.com es una referencia importante para determinar qué vehículos tienen la mayor proporción de componentes fabricados y ensamblados en Estados Unidos. Este índice se elabora desde 2006, y cada año destaca a los modelos que cumplen con los más altos estándares de manufactura local.
Tesla Model Y: líder absoluto
El Tesla Model Y se lleva el primer puesto en el ranking por tercer año consecutivo. Fabricado en la planta de Tesla en Fremont, California, este SUV eléctrico no solo es elogiado por su tecnología de punta, sino también por su alto contenido de piezas producidas en el país.
Además, Tesla ha consolidado su posición como una de las marcas más innovadoras, con una fuerte apuesta por la producción nacional. El éxito del Model Y refleja el crecimiento del mercado de vehículos eléctricos (EVs) en Estados Unidos, y la capacidad de la industria nacional para mantenerse a la vanguardia.
Uno de los factores que ha favorecido a Tesla es su estrategia de integrar verticalmente sus procesos de producción, lo que significa que fabrican la mayoría de sus componentes en sus propias instalaciones. Esto no solo les otorga una ventaja competitiva, sino que también contribuye significativamente a la economía local, generando empleo y fomentando la innovación tecnológica en el país.
Honda Passport: el extranjero más estadounidense
Aunque Honda es una marca japonesa, el Honda Passport, ensamblado en Alabama, ocupa un lugar destacado en el ranking de autos “Made in USA”. Esto se debe a que gran parte de sus piezas se producen en suelo estadounidense. Este SUV de tamaño mediano es un ejemplo de cómo los fabricantes internacionales han apostado por la producción local, adaptándose a las normativas y a las demandas del mercado norteamericano.
Honda ha invertido significativamente en sus plantas de producción en Estados Unidos, demostrando que, aunque el capital sea extranjero, los beneficios económicos y laborales recaen en gran medida en la industria local. Además, la calidad y confiabilidad de los vehículos fabricados en sus plantas estadounidenses han sido consistentemente elogiadas por los consumidores y expertos del sector.
Volkswagen ID.4: la apuesta alemana en Tennessee
Otro ejemplo interesante es el Volkswagen ID.4, un SUV eléctrico que desde 2022 se produce en Chattanooga, Tennessee. Este modelo es la prueba de que la industria automotriz alemana también está apostando fuerte por la producción local en Estados Unidos, especialmente en el creciente mercado de vehículos eléctricos. Con una sólida combinación de diseño innovador y tecnología avanzada, el ID.4 se ha convertido en un competidor destacado entre los SUV eléctricos.
Volkswagen ha establecido su planta en Tennessee como un pilar para la expansión de su gama de vehículos eléctricos en América del Norte, demostrando su compromiso con la producción en el país y reduciendo la dependencia de las importaciones de vehículos desde Europa. Este enfoque no solo reduce costos, sino que también acelera los tiempos de entrega y aumenta la competitividad de la marca en el mercado estadounidense.
Ford y Jeep: clásicos estadounidenses
No se puede hablar de autos “Made in USA” sin mencionar a los gigantes locales: Ford y Jeep. Modelos icónicos como el Ford Ranger y el Jeep Cherokee siguen siendo referentes de producción estadounidense. Estos vehículos, que han sido pilares en la historia de la industria automotriz del país, continúan representando la esencia de lo que significa un auto fabricado en Estados Unidos.
Ambas marcas, históricamente conocidas por su fuerte identidad americana, han mantenido un enfoque en la producción local, adaptándose a las nuevas demandas del mercado y a las normativas de sostenibilidad sin perder su esencia.
La importancia de lo “Made in USA”
Más allá del orgullo patriótico, comprar un auto fabricado en Estados Unidos tiene implicaciones económicas y sociales importantes. La producción local genera empleo, impulsa el desarrollo tecnológico y fortalece la cadena de suministro interna. En un contexto globalizado, donde muchas empresas optan por la producción en países con mano de obra más barata, la apuesta por la manufactura local se convierte en un acto de apoyo directo a la economía nacional.
El índice de Cars.com refleja no solo la cantidad de autos producidos en Estados Unidos, sino también el compromiso de las marcas con la creación de empleos locales y la reducción de su huella de carbono mediante la disminución de la importación de piezas y vehículos completos desde el extranjero.
Modelos como el Tesla Model Y, el Honda Passport y el Volkswagen ID.4 son solo algunos de los ejemplos de cómo la industria está evolucionando hacia una mayor producción nacional, manteniendo al país en la cima de la innovación automotriz.
Te puede interesar:
