Qué son los chipotes en los neumáticos y por qué representan un riesgo grave
Los chipotes aparecen cuando la estructura interna del neumático se daña. Por qué ocurren, el peligro al conducir y cómo actuar para evitar un reventón.
Los golpes y maltratos a las llantas pueden provocar chipotes irreparables. Crédito: neonbrand | Unsplash
Los neumáticos de cualquier vehículo han de mantener una forma perfectamente redonda para funcionar adecuadamente. Sin embargo, muchas veces los conductores pasan por alto daños menores en el flanco o costado del neumático, como los conocidos chipotes (también llamados “burbuja”, “abultamiento”, “herniación”). Estos defectos, aparentemente superficiales, señalan que la estructura interna del neumático se ha comprometido.
Cuando se forma un chipote, ya no basta solo revisar la profundidad de la banda de rodadura o la presión del aire: el neumático pierde su integridad y se transforma en un riesgo activo.

En este artículo revisamos qué son los chipotes, cómo se forman, bajo qué circunstancias ocurren, por qué son peligrosos (y más aún a alta velocidad o en autopistas), cómo detectarlos correctamente y qué hacer para evitar riesgos.
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¿Qué son los chipotes en los neumáticos?
Los chipotes en los neumáticos son protuberancias o abultamientos visibles (y en algunos casos ocultos) en los costados o flancos del neumático. Se producen cuando la carcasa interna —compuesta por lonas textiles, hilos metálicos o fibrosos, además del caucho— sufre un daño estructural por un golpe lateral fuerte o repetido.
Ese golpe puede originarse al subir o bajar de una banqueta, caer en un bache, golpear el borde de la llanta contra un obstáculo o incluso rodar con presión incorrecta. La presión del aire dentro del neumático empuja hacia afuera el flanco donde la estructura ya está debilitada, generando el abultamiento.
Aunque el término “chipote” puede variar en distintos países (en España pueden llamarse “hernias en la llanta”), el problema técnico es el mismo: la integridad interna del neumático está comprometida.
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¿Por qué ocurren y cuáles son sus causas habituales?
La formación de chipotes se vincula principalmente con los siguientes factores:
- Golpes laterales o impactos directos en el flanco del neumático (borde de banqueta, bache profundo, obstáculo).
- Presión del neumático demasiado baja o demasiado alta: una presión incorrecta debilita la estructura y favorece que un golpe genere daño interno.
- Exceso de carga o uso prolongado en condiciones adversas, lo que deteriora la carcasa.
- Montajes defectuosos o mantenimiento irregular que no detecta daños previos en la pared lateral.
- En algunos casos, el uso de neumáticos con mucho desgaste o antiguos que ya han perdido parte de sus propiedades estructurales.
Cada vez que un golpe lateral afecta el flanco, puede romper las lonas internas o desgarrar la carcasa. Luego la presión del aire lo impulsa hacia afuera, formando el abultamiento.

Es importante destacar que el abultamiento puede desarrollarse en el lado interior de la rueda, por lo que no siempre es visible desde el exterior.
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¿Cuál es el peligro de conducir con un chipote?
Conducir con un neumático que tiene chipotes implica varios riesgos graves:
- Pérdida de control: Si la pared lateral cede repentinamente, el neumático puede desinflarse o estallar, provocando que el vehículo pierda estabilidad.
- Reventón en marcha: En autopistas o carreteras a velocidad, el riesgo de explosión del neumático aumenta cuando la estructura está comprometida. Esto puede causar accidentes.
- Vibraciones, mayor desgaste y daños colaterales: Un chipote genera una irregularidad que al rodar provoca vibraciones, lo que puede afectar suspensión, rines y otras partes del vehículo.
- Imposibilidad de reparación segura: Una vez que la estructura interna está dañada, la reparación no garantiza seguridad. La sustitución del neumático es la única opción.
En resumen: los chipotes no son solo daño estético, son señal de compromiso estructural. Ignorarlos equivale a asumir un riesgo elevado.
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¿Cómo detectar un chipote en el neumático?
Para revisar tus neumáticos adecuadamente, sigue estos pasos:
- Inspección visual: observa los flancos (paredes laterales) del neumático en busca de abultamientos, protuberancias o zonas “hinchadas”.
- Revise la banda de rodadura y el perfil: si hay desbalanceo, vibración en el volante o ruido irregular, podría indicar daño en el flanco.
- Tacto: con el vehículo detenido y neumático frío, pasa la mano por el flanco para detectar irregularidades o bolitas blandas.
- Revisión interior (si es posible): algunas protuberancias pueden estar del lado interno de la rueda, ocultas a simple vista. En talleres con desmontaje pueden verificarse.
Si se detecta cualquier abultamiento, no esperar: el neumático debe ser sustituido lo antes posible.
¿Qué hacer si encuentras un chipote?
La recomendación es directa: sustituir el neumático afectado. No vale prolongar el uso esperando que “no pase nada”. Los fabricantes y expertos coinciden en que una vez que la carcasa se ha deformado o abombado, no se puede restaurar la seguridad.
Además, al renovar:
- Verifica que la nueva llanta tenga la misma medida, índice de carga y velocidad que la original.
- Monta neumáticos de calidad reconocida, preferiblemente con buen historial en resistencia.
- Asegura la correcta presión del neumático según recomendación del fabricante del vehículo.
- Considera la rueda de repuesto o kit de emergencia en buen estado por si ocurriera imprevisto.
- Tras cambiar, vigila el vehículo en los primeros kilómetros por vibraciones o desequilibrio.
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Cómo prevenir la aparición de chipotes
La prevención es clave. Algunas buenas prácticas:
- Mantén la presión de los neumáticos al nivel que indica el fabricante y revisa al menos cada mes.
- Evita, en lo posible, golpear banquetas, subir y bajar topes a alta velocidad o circular por baches sin moderar la velocidad.
- Revisa regularmente los flancos del neumático en busca de irregularidades.
- Realiza el mantenimiento de la suspensión y alineación: amortiguadores gastados o mal alineados pueden transferir golpes directos a la llanta/neumático.
- Cambia los neumáticos que tienen más de 5-6 años, incluso si superficially parecen en buen estado, ya que el material envejece y se vuelve más vulnerable. Estas medidas reducirán la probabilidad de que la carcasa se debilite y aparezcan abultamientos.
En el ámbito del mantenimiento automotriz, no todo daño en los neumáticos es igual. Los chipotes son un signo claro de que la estructura del neumático ha sido comprometida y no debe subestimarse. Más allá de estética o desgaste superficial, representan un riesgo serio de seguridad.
Si detectas un chipote en uno de tus neumáticos, actúa de inmediato y sustitúyelo: no esperes a que el problema crezca o que provoque un accidente. Un buen neumático en condiciones es una de las piezas más importantes para tu seguridad al volante.
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