¿Es peligrosa la exposición al olor de gasolina? Los riesgos
Exponerte constantemente al olor de gasolina y sus componentes puede causar graves problemas de salud a largo plazo.

La exposición continua al olor de gasolina puede causar problemas de salud a largo plazo. Crédito: Comaniciu Dan | Shutterstock
La exposición continua al olor de gasolina puede ser peligrosa para tu salud a largo plazo. Esto se debe a que los distintos componentes de este combustible —sumamente volátil e inflamable— suelen estar presentes en los vapores que despide, los cuales son responsables de su olor característico.
Si sueles estar rodeado de este olor, es probable que empieces a notar las consecuencias a corto o mediano plazo, sobre todo si te encuentras en un lugar poco ventilado. Algunos de los síntomas tempranos más evidentes de los efectos de la gasolina sobre el cuerpo humano es la falta de coordinación y el mareo, que pueden empeorar cuando se presenta la sensación de asfixia.

¿Qué contiene la gasolina?
La gasolina, tal como la conocemos hoy en día, está compuesta de hidrocarburos que derivan del petróleo, pero también puede contener benceno, tolueno, xileno y etilbenceno. Estas sustancias son volátiles y se evaporan rápidamente, sobre todo en climas cálidos, creando así el característico olor de la gasolina. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), algunas de estas sustancias —además de causar algunos síntomas por su inhalación— pueden ser cancerígenas.
¿Qué sucede al inhalar el olor de gasolina?
Los vapores que genera la gasolina, cuando son inhalados, llegan a los pulmones y luego terminan en el torrente sanguíneo. Los síntomas que aparecen en las personas dependen de cuán prolongada sea la exposición, la intensidad del olor y la condición física de quien inhala los vapores. Algunos de los efectos más comunes son los siguientes:
Efectos a corto plazo
- Dolor de cabeza y mareo: una exposición breve, pero intensa al olor de la gasolina puede causar síntomas inmediatos como mareos, náuseas, dolor de cabeza e irritación en los ojos, nariz o garganta.
- Pérdida de coordinación: exponerse por demasiado tiempo al olor de la gasolina también puede afectar el sistema nervioso central, provocando confusión y pérdida de equilibrio.
- Asfixia: en lugares muy cerrados, cuando la concentración de los vapores alcanzan un punto crítico, disminuirá el oxígeno y aumentará el riesgo de asfixia.
Efectos a largo plazo
- Daño neurológico: si te expones por largos periodos, en repetidas ocasiones, al olor de gasolina, puedes presentar problemas cognitivos, pérdida de memoria y daño en el sistema nervioso.
- Riesgo de cáncer: el benceno, un componente de la gasolina que además está muy presente en sus vapores, está asociado con leucemia y otros tipos de cáncer.
- Problemas respiratorios crónicos: la constante exposición a la gasolina puede irritar las vías respiratorias, contribuyendo a enfermedades como asma o bronquitis crónica.

Riesgos para poblaciones vulnerables
Cada persona puede reaccionar de forma distinta a los vapores de la gasolina, pero son especialmente vulnerables los niños, mujeres embarazadas y personas que ya tienen alguna condición respiratoria preexistente. La exposición prolongada, en el caso de las mujeres embarazadas, puede aumentar el riesgo de anomalías congénitas en el niño porque impide el desarrollo pleno del feto.
¿Es adictivo el olor a gasolina?
La gasolina es adictiva y el hábito de inhalar los vapores de la gasolina intencionalmente se conoce como “sniffing”. Este hábito puede llegar a ser muy peligroso porque a menudo deriva en daño cerebral o muerte. El sniffing puede llegar a ser muy común en muchas personas, ya que ciertos compuestos en la gasolina pueden estimular las áreas del cerebro que se relacionan con la recompensa y el placer.
Prevención y seguridad
Si quieres evitar riesgos por exponerte constantemente al olor de la gasolina, puedes tomar en cuenta algunas recomendaciones.
- Almacenar correctamente: usa recipientes sellados y especiales para este tipo de combustible y trata de mantenerlos en áreas bien ventiladas, lejos de fuentes de calor.
- Evitar el contacto prolongado: cuando manipules la gasolina, hazlo en exteriores o en un lugar con ventilación adecuada. Usa guantes y mascarilla si es necesario, evita hacerlo bajo el sol para evitar incendios.
- Limpiar derrames inmediatamente: si hay un derrame de gasolina mientras la manipulas, abre ventanas y puertas y utiliza materiales absorbentes para limpiar y no dejar rastros.
- No inhalar intencionadamente: busca ayuda profesional si sientes el impulso de inhalar gasolina, ya que puede tratarse de un problema de abuso de sustancias.
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