Cómo afecta la visibilidad reducida en la transportación vehicular

Para garantizar su seguridad en todo momento, los conductores deben estar conscientes de que la visibilidad reducida puede afectar su desempeño y convertirse en un factor de riesgo que aumenta las probabilidades de sufrir un accidente de tránsito

Visibilidad reducida al volante

En condiciones climáticas adversas, la visibilidad reducida al volante puede aumentar el riesgo de sufrir un accidente. Crédito: JITD | Shutterstock

Saber cómo afecta la visibilidad reducida en la transportación vehicular puede disminuir considerablemente el riesgo de sufrir o provocar un accidente de tránsito. La visibilidad reducida es una circunstancia causada, en su mayoría, por algunos climas adversos —nieve, lluvia, neblina, entre otros— que consiste en la obstrucción del campo visual del conductor de manera parcial o total, impidiéndole que pueda prevenir los cambios en el camino e inhibiendo su capacidad de respuesta para ciertas situaciones que puedan presentarse repentinamente.

Se trata de uno de los principales factores de riesgo que afecta la seguridad en las carreteras de los Estados Unidos y que ha llevado a las autoridades a emprender campañas y hacer recomendaciones para evitar —en la medida de lo posible— que los conductores operen mal sus vehículos en tales condiciones.

Visibilidad reducida al volante
Cuando se conduce es importante que las condiciones climáticas sean las mejores.
Crédito: Vitor Miranda | Shutterstock

Visibilidad reducida: ¿cómo afecta la transportación vehicular?

Al igual que la conducción distraída o las prácticas temerarias frente al volante, la visibilidad reducida puede afectar considerablemente la capacidad de respuesta de los conductores. Esto se debe a que el acto de conducir —a pesar de que involucra otros sentidos— es sumamente visual y exige la mayor nitidez posible para garantizar la seguridad en todo momento.

Por esa razón, como primera medida, las agencias encargadas de conceder el privilegio de conducir realizan pruebas de visión a los aspirantes que inician el proceso para obtener una licencia. De esa manera, se aseguran de que no exista una condición médica que afecte este sentido. Estas condiciones suelen ser determinantes en la obtención del privilegio de conducir, el cual puede ser negado sobre todo a aquellas personas con enfermedades visuales degenerativas.

Las pruebas de visión se extienden durante toda la vida del conductor y son particularmente obligatorias durante la renovación de la licencia de adultos mayores. Una vez que descartan las posibles condiciones médicas, las autoridades pueden conceder el privilegio, pero educan al conductor sobre las condiciones externas que pueden disminuir la visión y que pueden o no estar asociadas al clima, uno de los tantos factores que pueden afectar el desempeño de las personas al operar un vehículo.

¿Cuál es la señal de visibilidad reducida?
Mantener los limpiaparabrisas en buen estado puede reducir considerablemente los riesgos en situaciones de poca visibilidad.
Crédito: koonsiri boonnak | Shutterstock

¿Qué debo hacer si conduzco bajo condiciones de visibilidad reducida?

La visibilidad reducida suele asociarse con ciertas condiciones climáticas específicas —lluvia, nieve, neblina— que afectan el campo visual del conductor, pero no son exclusivas de estos fenómenos. Este tipo de situación también pueden ser provocada por la oscuridad (conducción nocturna) o por sustancias que arrojan terceras personas al parabrisas para hacer que el conductor se detenga (en casos de robo de vehículos). Sea cual sea el motivo, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

1. Mantener las escobillas limpiaparabrisas en perfectas condiciones. Estos dispositivos pueden ser de gran ayuda al momento de tener que eliminar cualquier cosa que afecte el campo de visión, permitiendo que el vehículo se mantenga en el camino. Los expertos sugieren cambiarlas anualmente o antes de que inicien las lluvias.

2. Si al conducir la visibilidad de ve afectada por el clima, es recomendable reducir la velocidad hasta que las condiciones mejoren. Esto es particularmente necesario sobre todo si se conduce de noche, ya que la oscuridad multiplica los riesgos. Cuando la situación es incontrolable, lo más recomendable es detenerse.

3. Mantener en buen estado los focos para iluminar el camino. La mayoría de los vehículos actuales poseen faros antiniebla que facilitan la visibilidad en tales circunstancias.

Visibilidad reducida al volante
Un parabrisas roto, además de ser una bomba de tiempo, puede afectar el campo visual del conductor.
Crédito: Roman Zaiets | Shutterstock

4. En invierno, tratar de eliminar las fuentes de humedad dentro del vehículo para evitar que exista una diferencia de temperatura entre el exterior y el interior. De esa manera, los cristales no se empañarán.

5. Mantener, en todo momento, la mirada puesta en el camino. Cuanto mayor atención se preste, mucho mejor. Esto, sumado a una velocidad reducida, ofrece mayor control del vehículo.

6. Mantener la distancia de otros vehículos que circulen por la vía para evitar posibles accidentes.

Por último, es importante realizar un chequeo periódico de todos los sistemas del vehículo, principalmente los frenos y los neumáticos, los cuales deben estar en muy buenas condiciones para poder detenerse repentinamente si es necesario. De igual forma, es fundamental mantener abrochado el cinturón de seguridad en todo contexto —exista o no poca visibilidad— y hacer uso de luces de emergencia para advertir a otros conductores.

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