Descubre los peligros de inflar demasiado tus neumáticos
Un neumático demasiado inflado aumenta el riesgo de reventón, reduce la capacidad de frenado y la maniobrabilidad. Cómo inflar tus llantas sin poner en riesgo tu seguridad.
Inflar demasiado un neumático puede causar graves problemas en el rendimiento y la seguridad de tu vehículo. Es importante conocer los signos de alerta, comprobar la presión de aire antes de un viaje y reducirla si está sobreinflado. Las consecuencias de conducir con las llantas excedidas son muchas: afecta la eficiencia de combustible, la maniobrabilidad y el frenado y, sobre todo, aumenta el riesgo de un reventón y otros problemas.
En general, la mayoría de los conductores saben que debemos conocer la presión recomendada para los neumáticos para mantenerlos en condiciones óptimas. Pero muchos desconocemos que desatender los signos de una llanta con demasiado aire puede generarnos problemas serios.
Aquí, cómo cuidar tus llantas y, sobre todo, cómo evitar accidentes con neumáticos demasiado inflados.
Qué pasa cuando un neumático tiene demasiado aire
Una llanta inflada por encima del nivel recomendado puede causar problemas que exigen atención. Demasiado aire en el neumático reduce la superficie de contacto con la carretera, disminuyendo la tracción y desequilibrando la estabilidad del vehículo. Esto crea un entorno peligroso para el conductor y los pasajeros.
Por eso es importante comprobar la presión de los neumáticos con regularidad, al menos una vez al mes, para asegurarse de que están correctamente inflados para el tipo de neumático y la carga transportada.
Las llantas poco infladas o demasiado infladas pueden desgastarse de forma desigual y debilitar la maniobrabilidad y el frenado. En ambos casos, se reduce la eficiencia del combustible y disminuye la seguridad de tu conducción. Pero, en el caso de un exceso de aire, el riesgo de reventón aumenta.
Esta posibilidad puede ocurrir en cualquier momento y puede ser especialmente peligrosa cuando el vehículo circula a alta velocidad.
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Signos de alerta: cómo detectar si la llanta está sobreinflada
El principal de signo de alerta un inflado excesivo en los neumáticos es un efecto de abombamiento en la llanta. Los flancos se hinchan y sobresalen hacia fuera. Basta con inspeccionar visualmente el neumático para advertir si la redondez parece anormal.
Mira con detenimiento el dibujo del neumático buscando signos de desgaste desigual. Chequea si la banda de rodadura no está haciendo pleno contacto con el suelo, algo que podría causar una disminución de la maniobrabilidad y una tracción deficiente en carreteras resbaladizas.
El desgaste desigual de la banda de rodadura es un signo de que el centro de la llanta hace más contacto con la carretera que el resto del neumático.
Además, otro síntoma de inflado excesivo de la llanta es una conducción dura e incómoda. Cuando tiene demasiado aire, el neumático se vuelve rígido e inflexible. Notarás que la suspensión y otras partes del vehículo tienen que soportar más el impacto de los baches y que la amortiguación normal se deteriora.
Neumáticos demasiado inflados: consejos a tener en cuenta
Además de los signos de alerta, enumeramos algunos consejos para evitar problemas con neumáticos:
- Comprueba la presión de los neumáticos antes de emprender un viaje largo o transportar una carga importante.
- Recuerda que sobrecargar el carro puede sobrecargar los neumáticos y provocar un reventón por sobrecalentamiento.
- Ten en cuenta que la presión recomendada para los neumáticos no es la máxima, sino la ideal para un rendimiento óptimo de los neumáticos. Superar la presión máxima indicada en el flanco del neumático puede reducir la maniobrabilidad y el frenado.
- Cuando los neumáticos están demasiado inflados aumenta el consumo de combustible. Es porque la resistencia a la rodadura causada por el exceso de aire hace que el motor trabaje más.
- El exceso de presión acelera el desgaste del neumático, lo cual acortará su vida útil. Cuida la longevidad de tus neumáticos controlando la presión a menudo.
Cómo comprobar la presión de los neumáticos
La clave para mantener unos neumáticos sanos es asegurar su correcta presión. Para ello, debes checar la presión sugerida para las llantas de tu carro en el manual del propietario o en una pegatina situada en el marco de la puerta del conductor.
Luego, pasa por un taller o una gasolinera para evaluar la presión. Tener un manómetro en casa es algo accesible y muy útil. Basta con sacar el tapón de la válvula del neumático, presionar el manómetro sobre el vástago y medir la presión.
Recuerda que es clave comprobar la presión de los neumáticos cuando están fríos, ya que el calor de la conducción puede hacer que aumente la presión y dar una lectura errónea.
Si encuentras que la presión es demasiado alta, debes sacarle aire con el manómetro de neumáticos o con un compresor. Simplemente, presiona sobre el vástago de la válvula y deja salir aire hasta que la presión esté dentro del rango aconsejado.
Ya sabes qué es el sobreinflado y cuáles son sus efectos. Recuerda que es fundamental también cumplir los servicios de mantenimiento recomendados, sobre todo lo que tiene que ver con la alineación y balanceo del carro.
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